Moldavia es una ex república socialista soviética. Uno de esos países que a principios de los años 90 (entre el 91 y el 92) se desintegraron del la vieja y extinta URSS. Este dato seguro que no es demasiado misterioso. Pero a esperarse, que seguro que al final, doy algún dato interesante. Moldavia fue durante la década de los 60 y 70 una de las despensas agrarias de la antigua URSS. Sus “tierras negras” son ideales para la agricultura. De hecho, es un país eminentemente agrario. En su interior uno tiene la sensación de haber retrocedido 20 años. Ni que decir tiene que es un país atrasadísimo en eso de las nuevas tecnologías. Chisinau, su capital (antigua Chishinev), es la típica ciudad que parece anquilosada en otro tiempo, con coches antiquísimos e infraestructuras deficientes (o al menos la última vez que investigué, hace tres años, así estaban).
Hay otra Moldavia que no es esta República de la ex URSS. Se trata de una provincia rumana que adopta el mismo nombre que el país. Esto tiene su explicación, como no. Resulta que los moldavos que fueron ocupados por los rusos tienen más en común con los rumanos que con los propios rusos. Lo que pasa es que Moldavia es una pequeña Polonia, esto es, un país abocado a las invasiones (mongoles, los Rus, imperio otomano…). La historia moldava, no es porque lo diga yo –bastante parcial-, me parece súper interesante, ya que los designios de miles de personas pasaron de mano en mano cuan mercancía barata. De esto podría escribir una barbaridad indecente, pero aquí, me controlo para no enrollarme.
Como decía antes, a Moldavia les une más con los rumanos que con los rusos, de hecho allí se habla un idioma prácticamente calcado al rumano, aunque también se habla ruso por aquello de las colonias rusas que aún existen y por el pasado más reciente. A Rumanía pertenecieron durante unos…23 años exactamente. En 1994 hicieron un referéndum para consultar si después de su independencia en 1991, se unían con Rumanía, pero la mayoría dijo no. Esto lejos de ser bueno, resultó ser un arma de doble filo, pues hoy día Moldavia gira peligrosamente en un mundo bipolar rumano-ruso que ha dividido muchísimo la identidad nacional del país, pero de eso hablaré más tarde.
Como en España, Irlanda u otros países, pero con muchas diferencias y matices, Moldavia también tiene problemas territoriales internos con minorías que no desean pertenecer a la unidad nacional actual. Bueno, minorías tampoco, pues hay un territorio que obra casi al margen del país. Es curioso, porque Moldavia es un ente bicefálico. Chisiniu, en el centro del país (y nunca mejor dicho, pues todo se concentra allí, en el que es claro ejemplo de actividades absolutamente centralizadas), y por otra parte Tiraspol, sin duda alguna la ciudad más importante, y con más actividad económica de todo el país. Tiraspol se encuentra situada en la región de Transnitria (al otro lado del río Dniéster, que atraviesa de Norte a Sur el país), un lugar separatista identificado con el sentimiento ruso que les dejó la pertenencia a la antigua URSS. En el sur, aunque menos importante, pero igual de ‘molestos’ está la región de Gagauzia formada por la étnica de origen turco. Todo esto, claro está, tan sólo es un mero resumen de algo que daría para un trabajo entero.
Según pude investigar hace ya tres años, en Moldavia se pueden establecer cuatro unidades de relieve que da muestras de la escasa importancia física de este país. Una parte del país está formado por el antiguo zócalo precámbrico de la plataforma rusa, sobre el que se asienta los beneficiosos depósitos de loess (buenos para la agricultura). Sin embargo, gran parte del país está formado por dos mesetas amplias que dominan dos terceras partes del país. ¿Qué significa esto? Pues que Moldavia tiene un relieve con escasas alturas (apenas supera los 400 metros en un par de lugares muy localizados)
¿Cómo es el clima? Pues frío, la verdad, para qué nos vamos a engañar. Es un clima con gran amplitud térmica y frío en invierno (entre -3 ºC de media en el sur y -5 ºC en el norte). Esto implica que durante el día apenas si llegan a 0 ºC y durante la noche pueden bajar hasta los -10 ºC. En verano se superan los 20 ºC de media, que da muestras de su continentalidad.
Llover, llover, no es que llueva mucho, para qué mentir, 450-550 mm de media (en Santa Cruz, por ejemplo, caen 250 mm, en La Laguna, unos 600 mm…) No obstante, hay dos tipos de climas continentales en el país, pero esto ya sería como enrollarme demasiado, ¿no? (quien quiera saber más, me pregunte, ‘plis’). Paisajísticamente a mí me tira mucho este país, pese a que siendo objetivos lo único que hay son estepas, pero ¡qué estepas más hermosas! Dicen los que han estado que es un país de lo más tranquilo, rural, verde por todos lados (dicen que Chisinau es la capital europea más verde) y también he leído que si vas, no has dejar de probar el vino, dicen, que de lo mejor y más exquisito del país. Es un país de naturaleza bucólica y virgen, donde las masas aún (gracias al cielo o vete tú a saber a quién dar las gracias), no han llegado a tropel.
Bueno, esta parte es la más desagradable para mí. Lo cierto es que si hay algo que abunda en Moldavia es la emigración buscando la vida fácil (prostitución, contrabando, drogas, mafias). Aquí en España la escasa minoría moldava, en un porcentaje importante pertenece a ese colectivo pernicioso. Poca vida social existe en Moldavia que, para que todos se hagan a una idea, cuando trabajé sobre él, era el país más pobre de Europa (sólo Albania tenía unas características similares). Pero es una pobreza diferente. Habría que hablar del concepto de pobreza, que no es la pobreza africana, ni la americana o la asiática. Es una pobreza de infraestructuras, económica, rural, cultural. Aunque bien es cierto que estos años he percibido algún avance, lo cierto es que le queda un largo trecho. Camino que será largo, casi eterno, mientras sus relaciones políticas sigan dependiendo de un país tan oscuro y poco transparente como es Rusia (depende del gas natural que le suministre Rusia).
Y claro, esta es la parte que más me gusta. En Moldavia también hay música, y muy buena, por cierto. Bueno, tampoco es que conozca demasiado, pero lo poco que he buscado por ahí, me ha encantado. Como le pasó a España otrora, su principal escaparate es Eurovisión. Estos últimos años han encadenado actuaciones desastrosas con otras muy interesantes. Voy a hablar en concreto de una cantante y un grupo. La cantante participó el año pasado, se llama Nelly Ciobanu, y quedó en un meritorio 14º lugar (mirad el puesto de España y comparad) La canción a mí me encantó, pues tenía una fusión extraña. No sé, como he dicho este país me tira muchísimo sin razones concretas. Este es el video clip en el que además de mostrar imágenes de Moldavia se ven rasgos culturales entrañables. No veo la hora de visitar algún día este país.
Nelly Ciobanu – Hora din Moldova
Pero sin duda alguna, quien fue todo un descubrimiento fue Zdob zi zdub. Este grupo participó en el festival en 2005. Parece ser, según he leído, que fue un auténtico boom. No lo puedo confirmar, pues como he dicho en Internet es difícil encontrar cosas. Sacó a posterior (no lo puedo confirmar) un disco llamado “Agroromántica”, que he podido bajarme y que está muy bien. Aquí dejo la canción con la que sorprendieron en el festival ‘eurovisivo’ de hace un lustro. Es una canción tal vez más comercial que la anterior, pero es el ejemplo de que la música, si te gusta, no tiene tampoco fronteras, banderas o nacionalidades.
Zdob si Zdub – Buna Dimineata
Grosso modo, y sin querer entrar en detalles –que podría haberlo hecho- esto es lo que puedo contar de Moldavia desde el punto de vista más didáctico posible.
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