Languidece en la letanía de África

africa Me da asco y vergüenza escribir esto, pero he de hacerlo porque mi cabeza, mis dedos no pueden permanecer exánime ante cosas que muchos saben, pero todos ignoran. Sí, reconozco que es pura demagogia barata lo que voy a exponer. Cosas que no podrán ser publicadas nunca jamás en ningún lugar porque valor, no tiene ninguno.

 

Qué somos todos nosotros, tontos ilusos del mundo desarrollado frente a quienes mueren cada día por nada? Nuestra vida significa algo para nosotros, puede que con mucha suerte, para algunas otras personas. Más, ¿Qué hay de esos sitios donde una persona no cuenta nada en absoluto? Lugares como África, donde en más de un siglo han muerto millones incontables de personas por viles motivos.

 

Durante todo el día he estado haciendo una pequeña investigación cuantitativa y un poco cualitativa también, sobre los conflictos de África, de todos los países de ese maravilloso continente. El resultado es atroz. Es cruel. Perdí la cuenta a media tarde de todos los golpes de estados y militares que se habían dado. Las fechas se atropellaban unas a otras. Las guerras eran como el pan nuestro de cada día en muchos países. Las excusas, tontas como el mismo ser humano que intentó explotar los recursos naturales del país de turno (oro, diamantes, cacao, petróleo…).

 

Tal vez fueran sólo números y datos, nombres de personas al azar como Méles Zenawi, Yahya Jammeh, Jerry Rawlings o Ibrahim Baré Mainassara por nombrar sólo unos pocos, pero sólo eran los que ocupaban el lugar de turno en la máxima y asquerosa degeneración del ser humano. Los que estaban abajo sufrieron lo que yo jamás podré nunca alcanzar a imaginar.

 

No puedo hacer nada. Absolutamente nada. Sólo puedo escribir al vacío, aportar datos como geógrafo y conocer, empaparme de la historia de África, de las cosas que han sucedido. Hacer mapas de cada uno de los conflictos que han azotado al continente a lo largo del siglo XX. Que no se me escape ni un solo detalle. Poder saber con certeza milimétrica todas las atrocidades que se han cometido. De las más generales a las más diminutas. Luego, escribirlo, dibujarlo, darlo a conocer a mis allegados, gritarlo, azorándome mientras me pregunto ¿Qué coño ocurre con nosotros, los seres humanos?

 

¡¡Aún puedo hacer algo!! Puedo escribir, escribir y seguir escribiendo, pensando en qué tipos de problemas han sido, por qué surgieron y qué telón de fondo tienen para que no se sigan repitiendo (porque como un ciclo, muchos se repiten). Y puedo hacer más, puedo intentar esgrimir teorías, muchas estúpidas alguna seguro que es buena para lograr una explicación que explique lo sucedido y que aporte una solución a algún conflicto de mi amada África. Busco soluciones formulando alguna teoría por loca y absurda que parezca. Solución que seguro que nadie escuchará, que no servirá para salvar una vida, ni tan siquiera para redimir mi culpa por estar en este mundo y ser un auténtico privilegiado que no se preocupa de los problemas que realmente importan (pobreza, hambruna, guerras, muertes…).

 

Soy geógrafo, y sólo puedo conocer, analizar y si acaso escribir. Si fuera periodista, como lo fui en su momento, a lo único que podría alcanzar sería a tener una conversación con algún compañero y quejarnos, tratar de resolver el mundo con ambigüedad, demagogia barata y al final volvería a escribir de problemas que sólo importan a unos pocos, que no se pueden solucionar, como tampoco habré podido solucionar ni uno sólo conflicto de África, ni de la otra vuelta de la esquina.

 

Esta semana mi amigo Néstor me enseño fotos de Marruecos de su estancia en el Atlas y quedé sumergido en una honda desesperación. No he vivido una mierda de nada. Pero es que si tuviera oportunidad, sabría que mi vida en África duraría tanto como un suspiro en el viento, o una vida humana en la edad geológica de la Tierra. Nada. Si estuviera, por ejemplo en la República Democrática del Congo (el nombre de un país nunca resultó ser un disfraz más irónico) allí moriría en dos segundos. Lo haría por los ojos al ver las atrocidades que he visto, leído o me han contado. Moriría moralmente por saberme incapaz de solucionar absolutamente nada. Moriría mi alma por semejantes atrocidades, y desde luego que en no demasiado tiempo, probablemente moriría de un balazo y toda mi vida habrá estado igualada con la de miles de millones de africanos que no tuvieron ni la posibilidad de darse cuenta de cómo era este mundo. Y tal vez en mi último hálito de vida llegara a pensar que la balanza de mi propia ética, ya estaría igualada a la de las personas que viven la vida de verdad. Porque hay más seres humanos en esa parte del planeta, que aquí donde estamos. Así que nadie venga a decirme que esto también es vida real, porque lo que somos es una partida de aburguesados (entre los que me incluyo, obviamente).

 

Qué poco significamos en el ámbito del universo, de La Tierra, de un continente, de un país, de una región, incluso dentro de una tribu. En África cualquier motivo es bueno para morir. Una vida vale tanto como la nada. Y yo lo único que puedo hacer es conocer historias que cuenten cómo las trivialidades del mundo desarrollado intentan convertir un continente hermoso, en la mayor prostituta de lo conocido. Y yo sólo puedo escribir, mientras mi ánima languidece en un réquiem rabioso, tormentoso, contumaz, inefable por el vacío que se siente al estar leyendo durante más de doce horas las cientos de atrocidades que se han cometido en el continente de forma más hermosa.

 

Pero puedo hacer algo más, sí algo más. Dar a conocer el alcance de mis resultados, que no son nada en comparación con la luz aportada por muchos otros seres mejores y más obstinados que yo. Conocer datos como el siguiente que no es ni tan siquiera nuevo ni relevante, pero es un ejemplo. El primero, en la guerra Eritreo-Etíope, la ONU los desarmó para que dejasen de luchar, y ambos países sacaron de sus estantes arsenales de los años 60 que les había procurado la Unión Soviética para seguir combatiendo. En esta misma guerra, la participación rusa acabó con la vida de 100.000 en un bombardeo a Asmara (capital de Eritrea). Otro ejemplo mucho más de andar por casa: A mí no me gusta el teléfono móvil. Nunca me ha gustado. Pero desde luego que hoy tengo un motivo más que de sobra para odiarlo, tanto al mío, como al de todos los demás. Al Este de la República Democrática del Congo se ha estado desarrollando la llamada “Guerra del Coltán” o la “Gran Guerra de África”, un conflicto en el que se han visto envueltas pobres países como Uganda o Ruanda, entre otros en busca de dos minerales, la Columbita y la Tantalita (Coltán). El 80% de la producción mundial de esos minerales está al Este de la RD Congo y por controlar ese yacimiento están no sólo estos tres países, sino potencias como Estados Unidos, China o muchos de los de Europa, que financian las guerras interinas, avalan y patrocinan matanzas de una crueldad absurda para poder hacerse con un buen saco de ese mineral que sirve para hacer los teléfonos móviles que tú, yo, y todos en este pequeño rincón del planeta utilizamos. Miles de personas han muerto desde 1998 y nosotros estamos aquí, sin saber ni tan siquiera qué pinta tienen los hombres, mujeres y niños que mueren atrozmente mutilados para que podamos tener una vida más cómoda. Vida cómoda que yo no pedí. Pobre vida que ellos no han podido elegir, sino que aguantar.

 

Podría seguir con decenas y decenas de ejemplos… La vida es un asco. Hablé con Carlos esta semana y lo supe. Israel me lo confirmó con información oculta sobre las donaciones a Haití. Yo, hoy, estoy sólo conociendo la triste historia de las guerras y conflictos en África… y sólo de forma somera. Pero no tengo miedo a seguir investigando, a encontrarme con un número ingente de muertos, con fotos, Films o datos que hagan purgar mi alma al más profundo averno. Mi infierno será benditos cielos en comparación de las personas que no han podido siquiera esbozar un sentimiento grandioso que les hicieran albergar fe y esperanza. Y necesito conocer, saber y ¡¡maldita sea!! aunque sea poder escribir y pensar en soluciones coherentes… o al menos gritar por ellos en un palabra que cubra todo el vacío que les cubre por la ignorancia a este bellísimo continente.

4 comentarios:

  1. Acabo esta chapa eterna, ya me perdonaras, diciéndote lo que una vez te dije, tal vez, nosotros como individuos no podemos hacer mucho, pero está claro que siempre es más fácil empezar por tu entorno, que siempre hay donde ayudar, porque en este país de aburguesados, como tú lo has llamado, también hay mucha gente que no llega a fin de mes, que no puede pagar el alquiler, o que simplemente, necesita que le apoyen o escuchen porque todos lo necesitamos pero hay gente que lo tiene más complicado. Tú sabes, que yo soy voluntaria en una asociación de mi barrio, donde intentamos la integración y desarrollo personal de críos con pocas posibilidades de integración en nuestra sociedad. Es una forma de empezar a cambiar un mundo que no nos gusta tal y como lo conocemos ahora mismo. Colaboro también con amnistía internacional, que tal vez no sea la ONG que más hace, pero sí creo que es de las que más trabaja por los derechos humanos y el no depender de ningún gobierno, ni multinacional, le avala y mucho al menos para mí.
    Un beso enorme, y disculpa por la chapa!!

    ResponderEliminar
  2. Me parece increíble, que tú, una persona con inquietudes, no estés más informado, sobre nuestra historia mundial de los siglos XIX y XX y lo digo porque ahora recogemos todo el planeta lo que sembramos en aquel entonces. La historia, como sabes una disciplina que me encanta y me pierde, es una mezcla de conclusiones de hechos pasados y locuras de algún iluminado estúpido que en algún momento consiguió convencer a un gran número de personas que le hicieran caso. El problema de que la gente piense que la historia es un rollo, o que no va con ellos porque es algo que ya pasó, es que se olvida y entonces se repiten las atrocidades. Como ejemplo más claro y actual, tenemos el conflicto Israelí-palestino. Los judíos Israelís, están repitiendo sistemáticamente, todo lo que el tercer reich les hizo a ellos, desalojar a familias palestinas, por el simple hecho de ser palestinos, cercarlos con un gran muro de la vergüenza, que recuerda demasiado a los muros de los guetos de Varsovia o Berlín o cualquier otra ciudad centro europea bajo el dominio de los Nacionalsocialistas alemanes, por si fuera poco, tienen cárceles donde hacinan a presos, por pensar diferente, (eso aquí también pasa, no se nos olvide), incluso, han llegado a tatuarlos con números, como en Aushwich, que triste verdad, los nietos y bisnietos de aquellos que murieron o sufrieron en los campos de concentración, hacen exactamente lo mismo que hicieron a sus abuelos. Ya ves, es lo malo de no recordar la historia, porque sobre ese conflicto también pasan por alto los mecanismos internacionales, por muy portada de periódico que sean sus protagonistas.
    Pasa prácticamente lo mismo, con todo aquel que dice que la política no va con él, o que no ejercen su derecho al voto porque opinan que todos los políticos son lo peor de este planeta, bueno, yo creo que hay de todo en todos los lados ya lo sabes. Pero no me vale, que no se vote y luego te quejes por el gobierno que nos toca en gracia, (no me refiero a ti, vamos, generalizaba), nos guste o no hay diferencias, en lo social, en sanidad, en educación, y por supuesto en política internacional. Que podrían hacer mucho más, no me cabe duda, que prometen y no cumplen, pues también, que roban de las arcas, es muy probable, pero al final, estamos en sus manos, todos, todo el mundo, y si tenemos la suerte de vivir en un “país democrático” (en teoría), debemos ejercer nuestro derecho al voto, debe interesarnos lo que pasa a todos los niveles.

    ResponderEliminar
  3. Hola,
    Me sorprende, que te sorprenda encontrar toda esta información, no creo que sean cosas que se escondan, de hecho, durante todo el siglo XX hemos escuchado noticias sobre áfrica desgarradoras, lo hemos estudiado en la escuela en las clases de historia, lo que ocurrió después de dar la independencia a las colonias de las principales potencias mundiales. No podría enumerar todos los datos, claro está, me parece que ni el mejor historiador podría hacerlo. No creo que seamos todos unos “aburguesados”, simplemente hemos tenido la suerte de nacer en el lugar y momento más o menos favorables, si hubiésemos nacido hace 100 años en el mismo lugar, nuestras vidas hubieran sido totalmente diferentes, seguramente, mucho más parecidas a las personas que ahora viven en algunos países del continente vecino. Es cierto, materialmente tenemos prácticamente todo lo que necesitamos, en mayor o menor medida, no nos morimos de hambre y tenemos las necesidades vitales cubiertas. La tan infravalorada Seguridad Social española nos cuida, podría ser mucho mejor, sí, pero la tenemos, gratuita, y no dependemos de seguros privados, cuando nuestra salud pende de un hilo. Por suerte, no nos ha tocado vivir una guerra, podrían decir otra cosa nuestros abuelos, que ellos sí vieron morir de hambre o fusilados a sus amigos y vecinos, tanto los de un bando, como los de otro, porque ahora no voy a entrar en eso. En España se “respetan” los derechos humanos, y lo pongo entre comillas, porque podría poner muchas pegas a eso, muchísimas, pero no voy a entrar a ello. Por desgracia en África, se incumplen sistemáticamente, como en Latinoamérica, o Asía, vamos, para muchos pobladores de este planeta es lo más normal del mundo, esperar la muerte violenta, condenas injustas o el próximo golpe de estado. Casi todos estos hechos, suelen aparecer en los informes anuales y trimestrales de Amnistía Internacional (que tampoco deja bien parado a este país donde nos ha tocado vivir), los golpes de estado, las matanzas, condenas injustas o ejecuciones.

    ResponderEliminar
  4. Hola "Yo misma", encantado de volver a verte por aquí. Seré parco, pero de buenas, no creas que esto va de mal rollo. Entiendo todo lo que me has dicho, lo asumo, pero no me hagas hablar...porque no habría blog lo suficiente largo como para contarte mil cosas. Podríamos entrar en una dialéctica eterna sobre lo que he escrito y tú has comentado. No te falta razón, es más, lo último que has puesto es una tarea más que pendiente, ya necesaria en mi vida, algo que busco y quiero hacer de manera ya casi urgente. Yo también he podido solucionar algunos asuntos periodísticamente, pero ni ello me hace sentir orgulloso, ni los guardo como logros personales, de hecho, ya los olvidé porque por más que hagas cosas por los demás, ver las cosas con mis ojos tiene un gran inconveniente: nunca es suficiente... referido a mis actos. Es un tema que me pierde y me encuentra, complejo y simple, antagónico todo él. Y yo admito ser una persona bastante ignorante con muchas cosas. Cosas que no sé y debería saber... y no creas que desconozco cosas...pero no tan en profundidad como quisiera. Lo de la historia es verdad, pero yo no tengo ese afán que tú sí tienes en esa materia. Sé generalidades, sé cosas puntuales, lo poco y mal que el sistema de educación secundaria me enseñó. Más, eso no es óbice para seguir aprendiendo y aún así, seguir sintiéndome cada vez más ignorante al tiempo que más inútil.

    ResponderEliminar