“Oh capitán, mi capitán”

Soy anti EEUU, pero no soy tan tonto como para menospreciarlo todo. En Estados Unidos hay muy buenas cosas. No voy a dar una clase aquí de Geografía social o política. Pretendo descubrir un rincón idealista que acabará con el punto y final. Hay cosas que nos han marcado en la vida. No descubro nada. Buscamos cosas que nos hagan especiales, que nos hagan crecer como personas, llegar a un punto de entendimiento de todo. Romper barreras y estar al lado de lo que necesitamos para ser mejores. Cada persona es un mundo. En mi caso, el rollo ‘cultureta’ me encanta. Me gusta comprender hasta lo más pequeño, el aletear de una mariposa o un gran ola. Pero lo común y lo corriente pasa muchas veces por nosotros como un algo imperceptible y vacío. En mi caso, nunca quiero que nada pase sin poseer algo, un saber, una moraleja… Algo que me haga crecer. Y por ejemplo, unas de esas cosas son pequeñas frases que, bien entendidas, nos dan pie a disfrutar a tope, máxime cuando uno es reo de su propio ser, cobarde y timorato. Por eso surgieron frases tales como “Oh Capitán, mi Capitán” (que es un poema realmente) o “Carpe Diem” (un latinismo muy utilizado en sentido figurado). Lo de EEUU es por Walt Whitman, quien dedicó un poema a Abraham Lincoln “Oh capitán, mi capitán”. Quiero ser recatado ahora mismo para dar paso a estos dos videos. El primero marcó un hito entonces, cuando estaba en el Instituto y vi el vínculo hacia el profesor. Pero es que esta película se convirtió enseguida y durante muchos años en mi referencia. Puede, no sé, que por esta película aún siga estudiando. Es una cábala. El caso es que esta película fomenta mi espiritualidad y mi idealismo, a veces exacerbado. Me gustó recordarlo y pensar que tal vez, sea espiritual, e idealistamente, el mismo quinceañero de entonces.

Carpe Diem. Disfruta el momento. ¿Cuántos no habremos pensado en eso? Yo infinidad de veces. Creo que de una manera extraña, así sigo vivindo. Tal vez por eso esté anhelando viajar al Atlas, montar en parapente, buscar las rutas más complejas y con más riesgo para vivir algo único e irrepetible. Tal vez por eso os abrace tan fuerte cuando os veo. Puede que sea el motivo por el que aún me enamoro. Y desde luego el principal argumento por el que vivo las cosas con tal pasión. Es posible? Quizá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario