Soy todo lo contrario a una persona carpetovetónica, al menos en
muchas ocasiones me siento así. Hay una bonita canción que dice “somos el
resultado que hemos vivido, somos todo lo que cada noche he soñado contigo”.
Llevo prácticamente dos semanas en cama por diferentes razones. Mis motivos reales
los sé yo, algunas personas saben algo, otros lo intuyen y la verdad cierta,
nadie.
Me resulta realmente difícil expresarme, me siento exangüe ante
ciertos hechos. ¿Qué me preocupa? Me preocupa el hoy, el mañana y el pasado
mañana, me preocupa tener que volver a Canarias, me preocupa tener unos sentimientos tan poderosos hacia alguien que,
para continuar con el drama de mi vida amorosa, no me corresponde.
Porque con ella solo siento esa sicalipsis que con muy contadas
mujeres he sentido. Y es nefasto haber saboreado esa sanción y ahora encontrar
una callada ante mis empujes. Pero con cierta tristeza y resignación lo voy aceptando. ¿Qué más puedo hacer?
No lo puedo evitar, soy una persona nefelibata, que anda siempre en
otros mundos, pensando en que lo imposible, es posible y que las cosas son
sencillas. Pero "los sentimientos no son sencillos". Al menos eso se empeñan todos en
hacernos ver. Hay cientos de cosas que son complicadas en la edad adulta:
impuestos, trabajo, familia, conflictos con desconocidos o amigos, la
insolidaridad, falta de dinero, enfermedades incurables, eso en el mundo occidental, en otros lares, el
hambre, las enfermedades curables que allí son incurables. Pero, si todo es tan
difícil en la edad adulta, ¿Por qué complicar todo en los sentimientos? Yo
nunca he entendido que dos personas que hablan el mismo idioma (el del amor),
que dos personas que sienten cosas (en mayor o medida), pongan todas las
cortapisas. ¿Por qué las dudas? ¿Por qué el “tengo miedo”? ¿Por qué el "tengo que pensarlo"? ¿Por qué justificar que algo tiene que ser complicado? Yo, hablando mal y claro lo digo así: a la mierda.
El amor no tiene cortapisas. Si hay sentimientos (aunque sean mínimos), si hubo o hay atracción, si hay química, si hay intereses, si hay predisposición, si hay valentía, si somos adultos y no pequeños seres adolescentes, ¿por qué tenemos que estar esperando a que alguien decida un paso y hacernos desencantarnos y esperar a que, quién sabe, si después de un tiempo X, después de la espera, resulta que no sale bien? Y yo os diré más. Los que hemos estado en hospitales repetidas veces, con la muerte rondando o con sustos monumentales, los que hemos sido maltratados de todas las maneras posibles, los que hemos perdido sistemáticamente en la vida, queremos algo sencillo.
Yo quiero poder mirarla a los ojos, decirle eso con los ojos y con la boca, no pensar en el mañana durante unos días y dar rienda suelta porque quizás mañana no podrás decir o hacer aquello con lo que soñaste. Y en la vida lo más triste de todo es aquello que te has guardado por miedo, por no atreverse. Y esto lo aplico a todos. Porque si alguien te quiere te lo ha de demostrar con hechos, con palabras y de todas las maneras posibles. Akron Family tiene una canción que dice “Love is simple”. Y me da igual que el resto me diga que no es así. Para mí lo es.Si es sí, no es un tal vez, si es un no...pues no pero siempre con razones y no con ambiguedades y frases hechas. Detesto esto.
El amor no tiene cortapisas. Si hay sentimientos (aunque sean mínimos), si hubo o hay atracción, si hay química, si hay intereses, si hay predisposición, si hay valentía, si somos adultos y no pequeños seres adolescentes, ¿por qué tenemos que estar esperando a que alguien decida un paso y hacernos desencantarnos y esperar a que, quién sabe, si después de un tiempo X, después de la espera, resulta que no sale bien? Y yo os diré más. Los que hemos estado en hospitales repetidas veces, con la muerte rondando o con sustos monumentales, los que hemos sido maltratados de todas las maneras posibles, los que hemos perdido sistemáticamente en la vida, queremos algo sencillo.
Yo quiero poder mirarla a los ojos, decirle eso con los ojos y con la boca, no pensar en el mañana durante unos días y dar rienda suelta porque quizás mañana no podrás decir o hacer aquello con lo que soñaste. Y en la vida lo más triste de todo es aquello que te has guardado por miedo, por no atreverse. Y esto lo aplico a todos. Porque si alguien te quiere te lo ha de demostrar con hechos, con palabras y de todas las maneras posibles. Akron Family tiene una canción que dice “Love is simple”. Y me da igual que el resto me diga que no es así. Para mí lo es.Si es sí, no es un tal vez, si es un no...pues no pero siempre con razones y no con ambiguedades y frases hechas. Detesto esto.
Yo no quiero un cuerpo perfecto, no quiero una cara bonita, no quiero una
belleza borde y que se crea una diva. Yo quiero a una soñadora, a una mujer,
inocente, feliz, niña pero mujer, inocente pero contradictoria, muy mujer y muy sexual. Yo quiero a alguien que no tenga
miedo a sonreír, a bailar, a hacer el ridículo, a atreverse a lo que sea porque
quizás, mañana, ya sea tarde. No quiero decir con esto que hay que perder los
papeles y prodigalidar por esas locuras. Me refiero a hacer la vida sencilla. A
que las palabras, sin hechos, no sirven, y que los hechos, sin palabras, es
como una comida a la que le falta la sal.
Yo…yo me complico mucho la vida pero la intento facilitar. Más de la
mitad de mi vida me la he pasado enamorado de mujeres imposibles que no me han
querido dar ni la más mínima oportunidad. Al principio lo llevaba muy mal. Con
los años la profesión va por dentro. Ya te lo tomas de otra manera. Te resignas
y en mi caso, si veo alguna posibilidad, intento luchar con las armas por
intentar que surja una chispa. Ya os digo yo que en el 100% de los casos mis
intentos han sido un estrepitoso y sonado fracaso, así que en este caso, también lo será porque…estadística y empíricamente siempre ha sido así. Ella es fantástica, una mujer entre mil, una mujer con la que no me importaría
hacer realidad sus sueños….y los míos y compartir, sobre todo compartir
experiencias. Pero ella no lo desea así. Me ve como un amigo y eso es lo que
más coraje me da. No soy buen amigo, no lo soy cuando siento por alguien algo
tan fuerte y cuando la deseo tantísimo.
Y me cuesta escribir para que mis palabras no cambien a peor una
relación que ya ha mutado mucho. Si tuviera que decir todo lo que siento, todo
lo que tengo dentro… cambiaría cosas, pero tengo autocontrol y poco a poco voy
sabiendo el camino y el cariz que va tomando esto. Tengo los pies en el suelo y
sé que será casi imposible conseguir que ella vuelva a sentir cosas por mí,
pero me apego a ese “casi” y me apego a que esta es mi última oportunidad. A
que probablemente (no es seguro aún), en unos meses esté fuera de España y yo
quiero estar aquí, cerca de ella para disfrutarla. Porque ha logrado derrumbar
muros, ha logrado que esta roca se ablande, ha logrado que existan sentimientos
que pensaba que ya no surgirían. Y yo no miro al futuro pensando en “otras”
porque… porque en mi vida sólo ha habido dos personas por las que he sentido
estas cosas y yo sé que en mi caso, un clavo no saca otro clavo. Soy un rara
avis. Soy feliz haciéndola feliz, y feliz sabiéndola independiente, con una
vida, que no esté atada a mí a todas horas. Eso me hace feliz, pero anhelo
despertar por las mañanas con ella, acostarme por la noche, un abrazo, un o mil
besos. Hace tanto….tantísimo que no sucede que si llegase ese día… Prefiero no
pensarlo porque entonces albergaría sueños que ahora mismo tienen fecha de
caducidad.
Y no, no pienso que si me voy lejos de España esto se pueda mantener
porque ella es demasiada mujer, y si me voy, perderé todos los
vínculos incluso si hubiera alguno sentimental. Sí, yo soy de los que creen en
el amor para toda la vida, no posesivo, sino el que cree que los momentos, las
vivencias y todas esas cosas, hacen que una pareja viva y sobreviva. Y yo no he
tenido nada con ella como para que esto suceda y eso me deprime porque desearía
saber si en verdad mi corazón está en lo cierto (aunque estoy al 99%
convencido). Sin embargo, a estas alturas y por las cosas que observo, ella
está renuente y me trata como un amigo nada más y eso… en el fondo me mata y me
duele, en la superficie pienso que prefiero eso a que no esté en mi vida y lo llevo bien.
Soportaré que esté con otro, que sus palabras ya no vayan dirigidas a mí, soportaré
ser el “chico de lejos” porque… así ha sido siempre. Sólo pido un milagro. Que
exista ese milagro que evite que me marche de España pensando que este país no
es para mí (ni en lo laboral, ni en lo social, ni en lo sentimental). Estoy en
la época culmen de mi existencia. En estos meses tengo que tomar muchísimas
decisiones y en muchas ella está como telón de fondo, aunque si lo analizo con
frialdad, no debería…pero me puede. Me ha ganado la partida. Me he rendido a su
persona, a su interior, a todos sus defectos y sus virtudes. Simplemente esto
es lo que algunos llamarán…. Llamadlo como queráis. Yo seguiré esperando a que
algo que diga, que haga, o que caiga un meteorito o una erupción que haga que
cambie de idea y se de cuenta de que el hombre que no tiene miedo, que no le
volverá la espalda, de que no la abandonará, que no la tratará mal, que estará con ella cuando ella quiera, seré yo. Que yo no
tengo miedo ni al éxito, ni al fracaso. Pero esto… esto es simplemente otra
historia más de mi vida sentimental. Una historia que, no os quepa duda, tengo
bien guardada, cada palabra, cada sonido, cada detalle lo guardo para, si no
ocurre nada, pueda recordar las palabras que me dedicaba, las canciones, los
sueños, y todo eso que hacía que me sintiera importante en su vida. Será, desde
luego, mi último amor porque yo ya estaba “cerrado por derribo” y ella ha
puesto unos pilares en esta ruinas, pero esos pilares pueden no ser suficientes
y entonces ese cerrado será un clausurado para siempre.
Mientras, yo por la noche me acuesto con dos ideas. La primera estando
con ella (bailando, haciendo el amor, viajando a Asturias, bromeando, hablando,
sonriendo, tonteando y haciendo lo que se llama el cortejo del amor). La otra
imagen que veo es a mi en el aeropuerto de Barajas, con una mochila y mis
botas, solo, camino de Latinoamérica….para no volver más a España. Esta última
idea que ya tenía bien pensada hace unos siete meses hoy me da tanta tristeza
que la cambiaría porque sucediera el milagro de estar con quien siento cosas
como estas y que ella sienta cosas por mí.
Pero a estas alturas yo no creo en milagros. Creo en sueños, creo en
las ganas de cumplirlos y en la lucha por conseguirlos, pero en los
sentimientos no se depende de uno, sino de dos. El tiempo corre deprisa, y las decisiones han de ser tomadas. Tocará arriesgar a todo (ella) o nada (un abismo) Los milagros….no existen. Y
mientras siga aquí, la querré como yo sólo sé hacerlo y lo haré bien, como
mejor se me da y entonces no tendré nada que reprocharme a mi mismo. Porque
ella merece la pena, merece la espera, merece todo lo bueno que pueda darle yo
o la vida, a mi lado o al lado del hombre que la haga feliz. El amor es
generosidad. Así pienso yo.
PD: Hay una razón por la que he dicho siempre que prefiero estar solo que en compañía. No es porque crea que fuera más feliz estando solo, sino porque si amo a alguien y sale mal, sé que quizás, no lo superaría. Es más fácil estar solo. Si te das cuenta de que necesitas amor (como es ahora mi caso) y no lo tienes, dependes de él. Y si construyes tu vida en torno al amor, a una persona, puede que la relación acabe mal. Perder el amor es como morir. Pero la diferencia entre la ruptura y la muerte, es que ésta última acaba, pero el dolor puede durar para siempre.
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