Sincerándome

He hecho todo lo que debía haber hecho. El tonteo absurdo que he llevado a cabo estos meses ha dado como resultado mi incursión en ese invento llamado whassap. ¿Quién me lo diría a mí? En fin. Las cosas que se hacen por una mujer sólo se hacen por las mujeres… y más yo, acostumbrado a hacer barbaridades por las mujeres. Si me pusiera a decir aquí todas las locuras que he hecho por lograr conquistar a una mujer, algunos alucinarían mucho, hay cosas de alto secreto que no contaría nunca públicamente en un blog, pero todas las cosas, bajo mi perspectiva han sido realmente muy bonitas y respetuosas para con la otra persona. Creo que todas las mujeres por las que he sentido cosas, aunque no me hayan correspondido, se han sentido queridas, apreciadas, se han sentido importantes en mi vida. Al menos alguna me ha dicho eso. Y desde luego que con quien he estado he logrado hacerlas sentir así, me lo han dicho ellas mismas. Eso por una parte hace que me sienta orgulloso de mi forma de querer.

Sin embargo, con este ‘tonteo’ me siento bastante tonto. No me da coba pese a que ella fue en parte la que comenzó este “partido” de tenis. Y yo hago mis buenos intentos para ser coherente, consecuente y todas esas palabras tan bonitas que nos refieren a lo fiel que somos a nosotros mismos. Acepto que ella no esté segura, acepto que yo igual estoy proyectándome en ella para salvar un poco los muebles –con todos los matices del mundo-, pero como le decía a amiga ‘Caraguapa’ el amor ha de ser sencillo. Pero nadie quiere algo sencillo. Noto que el amor da miedo. Que entregarse produce incordia. Es lo que veo. ¿Es esto amor? Yo no creo que sea amor lo que siento por esta muchacha. Dista mucho de serlo, pero me gusta y me gustaría que se atreviera a dar pasos conmigo pero… no hay manera. Estoy a punto de darme por vencido. Y cuando yo ceso en mi empeño no doy marcha atrás porque tengo orgullo y amor propio y no quiero que nada me quite lo que creo que valgo.

La verdad es que no sé por qué le mando mensajes. Me siento mal al hacerlo porque ella es totalmente indolente con lo que le digo. Cuando no lo hago y además me alejo de ella me siento más libre. Creo que la relación, sea cual sea la que tenemos, es bastante dañina para mí. Hasta el día 17 de mayo nos veremos por clases. Después lo más probable es que no nos volvamos a ver, aunque conmigo nunca se sabe. Igual le insisto de manera torpe para quedar, sintiéndome entonces como un mendigo. ¿Por qué mi corazón va por libre? Lo lógico y lo suyo es que no haga nada. Me he propuesto no mandarla ningún mensaje de motu propio a no ser que lo haga ella. Mostrarme totalmente displicente con ella y desde luego que vea que si ella no me vidilla, se lo va a perder. Hay personas a las que le resulto muy agradable como poco. Todos piensan que tenemos algo, que nos hemos besado y esas cosas, pero nada más lejos. No tenemos nada, no nos hemos besado y creo que no pasará nada. Veo más factible ser licenciado –siendo harto complejo- que acabar teniendo algo con una chica que, de entre todas las que he conocido, probablemente sea la más insustancial.

¿Qué por qué he insisto tanto? Creo que para dar pasitos para superar lo de mi última ex. Es la primera vez que hago algo productivo para superar el trauma sufrido tiempo atrás. Eso por una parte me enorgullece, pero no puedo intentar dar pasos para dar algunos hacia atrás. No compensa, la balanza no está compensada. No creo que nadie llegue a ser igual que la última mujer con la que estuve. Tampoco creo que lo supere nunca y eso que ya no tenemos ningún contacto. Da igual. Lo que me gustaría es tropezarme con alguien que me valore, que me quiera como yo la pudiera querer y que fuera todo perfectamente imperfecto.  Porque la perfección no existe, y yo amo a personas con defectos a los que amar. Es fácil halagar lo bueno, pero muy complicado apreciar todo lo malo que posee una persona. Mi mentalidad es así. Procuro ver lo bueno, a veces, alguno ya me ha dicho que exagero demasiado y que los pongo en un pedestal, los idolatro y esas cosas. Nada más lejos. Es que a quienes quiero, los quiero con defectos y todo. Sin embargo la contra no sucede tan así. Igual debería tener un poco de fe “tuerta” y pensar que lo de esta chavala saldrá bien, pero no hacerlo me puede eximir de coger más cariño del que ya tengo. Sé bien que puedo llegar a ser todo pasión que provoquen que ella se sienta muy querida. De hecho no hace falta mucho para que ella se sienta así. Digamos que no me tengo que esforzar mucho. Simplemente tengo que ser sincero.

Escuchando esta canción me imagino en mi nueva locura veraniega 2012. Esta vez el objetivo es dar el gran salto a ese añejo, vetusto y casi malogrado continente europeo. Me imagino en tren llegando a Los Alpes. Me imagino escuchando la voz de Antonio Vega mientras piso Praga con mi mochila, intentando inventar una historia similar a la de "Before de sunshine". La verdad es que es lo que más me gustaría hacer y creo que a estas alturas, cuando algo se me ha metido en la cabeza, complicado será que no lo lleve a cabo. No preciso de mucho dinero, en cualquier lugar estaré bien. Ya hace algunos años me pasé un verano durmiendo en bancos, parques y demás lugares públicos en mi periplo pseudo-absurdo por las tierras de Iberia. Incluso, si me pongo, me imagino camino a los países bálticos, haciendo el llamado "Camino de Santiago noruego". No sé lo que pasará, lo que sí sé es que quiero improvisar, quiero perderme y quiero que ese continente se me quede chiquitito. Quiero sentir que puedo estar en todos los lugares prescindiendo de lo más básico, viviendo y respirando de lo que el mundo me pueda dar, de las relaciones sociales que pueda llegar a entablar. Y... quién sabe, nunca me he cerrado puertas a quedarme en un lugar que me acoja. Ya lo hice en Asturias, lo intenté en Euskadi, en Pamplona, en Barcelona, Ceuta e incluso Marraketch. Ahora más que nunca quiero dejar en manos del destino mi futuro. Si no logro la Licenciatura, para romper con todo, si lo logro, para dar un giro. Sea como fuere, es un sueño precioso, más aún con esta canción de fondo. Y si lo hago... que lo haré, estaré haciendo, además, realidad uno de esos cuentos que inventé. ¿Acabaré perdiendo el norte en Nueva Zelanda? Sería un sueño. Mucho tendría que girar el mundo. Y eso es lo que quiero, que gire, y gire, y gire y no pare de girar...

1 comentario:

  1. Hola Cris. Bueno, la segunda parte de esto consiste en que yo soy así. No es una conquista 'per se', es que creo que cada día de tu vida, independientemente de los sentimientos, hay que conquistar a la otra persona. Obviamente siendo quien eres, mostrándote con defectos y virtudes, pero si está en ti, habría que hacerlo. En este caso está en mí ser así. Me nace. Lo hago con amigos, familia y demás. Demostrar que quieres estar con alguien es algo muy bonito sobre todo cuando lo haces sin esperar nada a cambio, sólo por el hecho de que te sientes bien con ello. Igual no me expliqué bien. Al fin y al cabo, las demostraciones de amor, esas "conquistas", no esconden más que eso mismo, proyectar que das algo de ti a la otra persona. Todo ello sin fingir.

    A mí hace ya más de una década intentaron "conquistarme" con artificios como tú dices. Ahora me río, bueno, en su momento me reí mucho porque nunca imaginé que alguien sería capaz de hacer cosas como aquellas para conquistarme. Y sí, fueron bastantes banos aquellos intentos, pues luego resultó que ella no era así, simplemente pretendía "captar" mi atención. Como te dije, para mí fue una anécdota, pues no me enamoré por aquellas cosas, sino por otras mucho más profundas.

    Por otra parte, creo que la suerte ya está dicha. He hecho lo que debía, me he lanzado y por ello me siento orgulloso, pero...de donde no hay, no se puede sacar. Así que toca aguantarse y esperar que ella se decida...si se decide, que no lo creo, pero es una historia de esas que te dan vidilla cuando no tienes mucho que contar.

    Un saludo desde el 48 de julio (me encantó eso)

    ResponderEliminar