No me apetece


Pues más claro no lo puedo decir. Creo que la mejor frase que he sentenciado este año ha sido: “No estoy de rebajas” al referirme al esfuerzo por conocer o más bien, porque alguien me conozca. No me apetece esforzarme sino lo justo en conocer a personas. Si alguien no quiere, si alguien tiene dudas, si alguien simplemente va por otros caminos, desde luego que yo, como dice una canción “No pienso mover un dedo”. Me refiero a todos los ámbitos, pero sobre todo en el plano amoroso. Si alguien no da un paso, yo no seré el que lo de. Estoy super bien como estoy. No quiero que nadie me lastre o sentirme infravalorado por alguien. Quiero seguir sintiéndome seguro de mi persona. Quiero que cuando llegue alguien, mi esfuerzo –si así lo hiciera- sea correspondido e igual a la de otra persona. Se acabaron sms, e-mails, palabras o demás. Soy como soy y si a alguien no le gusta, le intimida, le asusta o lo que sea, seré taxativo: quien quiere lapas, que se moje el culo… que yo el mío lo tengo empapado. En demasiadas ocasiones me he mojado, he apostado fuerte por alguien –incluyo amistades- y ha fallado cosas.

No me apetece tener que insistir e insistir. Quien quiera, que luche por mí también –en cualquier aspecto- y desde luego que no se arrepentirá, conocerá cosas fantásticas –otras no tanto-, pero un ser humano sencillo que quiere las cosas simples en cuanto a las relaciones sociales.

No me apetece, la verdad, estar intentando e insistiendo en que alguien vaya al cine, al teatro, a un concierto, al parque a montar en columpios…o lo que sea. No me apetece. En este momento sé lo que quiero y sé lo que necesito. No estoy para resolver dudas de otras mujeres o seres humanos. Puedo equivocarme –lo hago en demasía- en las acciones, reacciones o palabras puntuales, pero eso no me exime de mi pensamiento de no apetecerme. He conocido a personas FANTÁSTICAS que me han dado todas las facilidades del mundo para comunicarnos de cualquier forma posible. Incluso personas que respetan las decisiones y hablan el mismo idioma que yo. Son pocas pero las que son, son y aunque algunas o muchas no están, quedan ahí como un ejemplo al que quiero parecerme y creo que lo hago bastante.

Un beso, una noche en la cama, un amor, una palabra dicha a tiempo…todo es tan sencillo como nosotros queramos que sea. No existe el idioma de los hombres o mujeres, existe el lenguaje entre seres humanos. Y ese idioma se habla poco y pocos lo entienden. Se sabe qué se necesita en un momento determinado si conoces a una persona aunque sea un poco. Sólo has de estar cerca –física o no físicamente- y sabrás perfectamente qué es lo que ocurre.

En mi caso es sencillo.
¿En amistad? Estar.
¿En familia? Apoyar.
¿En distancia? Sentirse.
¿En amor? Dar pasos.

De los demás no me apetece no estar, no apoyar, no sentir, no dar pasos si no son necesarios. La cosa es muy sencilla. Las últimas experiencias me remiten a este pensamiento. Y los kilómetros recorridos por mis hinchados pies han transmitido que ¡¡¡ NO ME APETECE!!! Traducir los juegos absurdos de quien no sabe, no entiende, o no quiere. Esas, como dice una famosa canción “Si te he visto, no me acuerdo”.

Soy complicadillo pero...¿A que esto es bien sencillo?

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