Estrafalariamente absurdos


Esta entrada es totalmente estrafalaria pero, ¿qué voy a hacer? Así soy yo. He tardado horas en escribir y darle contenido a este post. Aunque comenzó de una manera es posible que se parezca a una entrada de una bloggera que vi hace unos días pero juro que cualquier parecido con aquello, es pura coincidencia. Todo comenzó con la música y más en concreto con la afición mía al baile. Mientras para el resto del mundo latino el baile es algo que forma parte de su vida (de alguna manera), una de mis mayores frustraciones es precisamente el baile. Soy capaz de escalar por un pedregoso paraje para ascender una montaña que de normal nadie subiría, soy capaz de cosas pasarme tres días sin dormir ni comer haciendo geografía, soy capaz de... de muchas cosas, vaya. Sin embargo algo tan sencillo como el baile, que me encanta, que me excita, me emociona y no se me da mal –para qué negarlo-, pues algo como eso, paradójicamente me hace sentir mal. Y es que me encanta bailar pero soy demasiado, excesivamente tímido y encima con los años y los estados carenciales de una pareja sentimental, ergo, también de baile me ha hecho más exigente. Y hablemos claro, para mí, en mi mundo, tras una semana pletórica como esta, quedarme un viernes en casa bailando solo o peor, imaginando que bailo con alguien me resulta más triste que la “No relación” de Sheldon Cooper con Amy Farra Fowler. Podría estar en una verbena, en una fiesta, una noche de baile o algo así, pero estoy aquí.


Comenzó todo esto por “culpa” de una recurrente broma de mi amigo 'el del pelo más espectacular y hermoso que nunca y jamás he visto en persona' escuchando “Woman del callao” de Juan Luis Guerra. Dejé de hablar con mi amigo 'el del pelo más espectacular y hermosos que nunca y jamás he visto en persona' y luego continué buscando y escuchando las canciones que marcaron para siempre una infancia que la tengo guardada por cuestiones que no vienen al caso.Comencé a bailar entonces yo solo, como siempre, imaginando que bailo con alguien –sí, lo sé, a patético es difícil ganarme-. Esa imagen mía no la vendería ni por todo el oro del mundo. Aún con todo, debo asumir que a lo largo de toda mi vida he bailado más solo que acompañado y más en soledad que en público. Cuando tenía unos quince años aproximadamente mi primer amor físico y material era de color rojo, tenía ruedas, un manillar increíblemente moderno y con ella recorrí casi toda la isla. Yo solo. Mientras los chicos de mi edad se iniciaban en el alcohol, las relaciones y demás, yo decidía trazar una tangente y emular a Alexander Von Humboldt en sus exploraciones, aunque yo no cruzaba océanos, en aquel momento lo que yo hacía lo consideraba inverosímil. La única cosa que me hacía feliz. Y conmigo y mi bicicleta llevaba siempre un artefacto, un walkman con música. Esta canción que pongo a continuación la escuché montado sobre aquella bici. Uno de los mayores recuerdos que poseo es bajar por una carretera (tras un montón de horas de subida) en verano, recibiendo todo el Alisio en mi cuerpo, con el manillar suelto, abriendo los brazos de par en par (por aquel entonces nadie había visto a Di Caprio abriendo las manos en el Titanic gritando "Soy el rey del mundo"). Sin las manos en el manillar me ponía a ¿¿¿¿bailar??? sobre aquella bici. Fueron auténticas temeridades las que hice con aquella edad. Pero quería bailar, quería disfrutar y no podía hacerlo en casa, ni fuera de ella por mi timidez y por otras cosas que no vienen al caso. Por aquel entonces ya me había ganado una fama de excéntrico. Bien ganada estaba, dicho sea de paso. Ahora no creo que fuera capaz de hacer tal locura...



Estaba escuchando una canción que finalmente no he podido subir -después de horas intentándolo, me di por vencido-. Es una canción de cuando tenía diez años. Durante los veranos me quedaba solo con mis padres y mi hermana (mayor que yo) se iba a La Gomera. Ella era la sociable –lo sigue siendo-, la cariñosa –lo sigue siendo-, la más entrañable y carismática –lo sigue siendo-. Yo era el tímido –lo sigo siendo-, el callado –esto dudo que lo siga siendo- y el risueño –aunque los demás lo nieguen, creo que lo sigo siendo a mi manera-. Por aquellos tiempos yo no iba a los bailes, sino que me quedaba en casa de mis abuelos cuando mis padres y yo nos uníamos a mi hermana en el mes de septiembre. Más que bailar, esta canción me recuerda a un estilo de vida, a otra vida. Ufff. No puedo evitar emocionarme. La canción está a millones de millones de años luz de tener calidad, pero como le decía a alguien hace unos días, son canciones que me hacen revivir cosas. Y ufff…. Lloro porque ha pasado como un siglo. ¿Cuántas vidas habré vivido en 30 años? ¿Qué voy a decir? Que a esa edad ya sabía lo que quería, mi cabeza tradicional, convencional al máximo, sólo buscaba cariño, amor. Siempre he sido el pequeño. Y… bueno, si tuviera que decir lo que pensaba entonces y cómo he cambiado…Haciendo retrospectiva, me impresiona todos los giros y cambios que ha habido en mi vida, las veces que me he reinventado...


Luego me he puesto a buscar las fotos que he escaneado de la familia y encontré las mías. Ignoro el por qué pero de mi infancia hay muy pocas fotos en comparación con el resto de la familia. Me da pena eso. Me gustaría poder tener más fotos mías. No sé por qué no me sacaron tantas fotos como a mi hermana. Pero bueno. Es bonito verme años atrás. Reconozco a aquel niño super inocente y que sólo rompía platos -literalmente- pero que siempre fue el más inocente e ingenuo de todos. Luego ya de mayor aprendí a las bravas. La siguiente canción es de mi etapa venezolana. Independientemente de que pueda o no gustar, es, junto a muchas otras, un recuerdo constante de como fue mi primera vida en Venezuela. Recuerdo que me inculcaron aquello de tener una mujer e hijos. Crecí con esa idea. También me cocieron a fuego lento un miedo: el de quedarme solo. De hecho fue algo recurrente como amenaza. En parte, o quizá de forma completa aquello se ha cumplido, pero frente a lo pusilánime que me veía en aquel entonces, hoy me veo fuerte en esta elegida soledad. ¿Para qué estar mal acompañado pudiendo estar bien solo? 



¿Fue en una Comunión? Puede ser. ¿En qué año fue? No lo sé. Sí que sé que fue en el sur de Tenerife y estaban mis primas de La Gomera, la mayor de todas siempre fue la más cariñosa conmigo. Pues bien, acabamos aquella tarde bailando repetidamente esta canción. Recuerdo, eso sí, que fue aquella etapa, mi tercera vida de las seis o siete que ya llevo atrás. Esa tempestuosa vida de unos cuantos años tuvo sus momentos buenos, y uno de ellos fue el haber bailado con mi prima mayor, bailes aquellos hasta sudar la gota gorda y acabar con una resaca de baile preguntando al día siguiente ¿El que bailó así de esa manera fui yo? Sí, luego sentí vergüenza, siendo yo el tímido, el callado y esas cosas, que mi familia viera mi cara al día siguiente fue eso, una vergüenza, pero no me arrepiento. Casi todas las veces que he bailado en mi vida ha sido con mi familia, aunque con mucha vergüenza. Yo aprendí a bailar en Venezuela, como no. Allí era muy fácil, la verdad. El tipo de música por una parte, y tener una madre a la que le encantaba bailar porque se había criado prácticamente en las plazas de su pueblo bailando cada verano ayudó a que sus hijos fueran todos unos gran aficionados al baile. Ahora esa afición la cogido esa criaturita fantástica y maravillosa: mi sobrino, que para tener cinco años baila -y perdón por la expresión- que te cagassh (con acento macarra). Las emociones eran todo un vaivén. Ya sabía que mi futuro inmediato no estaría en Tenerife y que quería bailar y vivir experiencias fuera de esta isla. Asturias fue mi destino. Allí por fin pude bailar con alguien como siempre quise...


Hay canciones indelebles y que desgraciadamente se perdieron en el fragor de la batalla, ya que internet no las ha podido rescatar. Sin embargo sí recuerdo sus letras, al menos eso sí lo conserva internet. Todo hay que decirlo, son letras como las canciones, bastante simples. Escarbando y escarbando durante todas estas horas he logrado encontrar las versiones originales de varias de esas canciones. Al final he puesto la que podéis escuchar a continuación. Yo la escuché en las fiestas de los pueblos de la isla donde nacieron mis padres. Y como le decía a una compañera esta semana, en aquellas fiestas, cuando ya tenía unos doce años, ya me enamoraba cada noche de la belleza física de muchas chicas. Ellas bailaban con amigos, primos, y con desconocidos. Sin embargo yo era incapaz de atreverme a bailar pese a que tenía unas ganas increíbles. En mi cabeza imaginaba que la sacaba a bailar y se enamoraba de mi por como bailaba. Años más tarde esto se cumplió de forma relativa y con todos los matices del mundo. Pero no cambió la exacerbada timidez que me impedía bailar y disfrutar como yo querría. Esta canción además ha sido versionada como un millón de veces o algo así. Lo primero que se me viene a la mente son dos fiestas de La Gomera en pleno mes de agosto, una de ellas justo el día 15. Otra de las fiestas se celebraba en un pueblo de bonito nombre: Las Rosas.




Pero no todo es baile de ese estilo. Siempre soñé con noches de bailes románticos porque sí, y este cantante que pongo después de este párrafo fue uno de los culpables de mi idiosincrasia romántica. Tengo que reconocer y confesar que no hace muchos años se hizo realidad lo del baile a la luz de las velas, con canción romántica, con una chica, una noche, una locura preciosa. Hubiese deseado que se repitiera, hubiera querido que saliera genial, pero aquello fue una de las mayores y más hermosas locuras que he hecho en mi vida. Ella era mi enfermera durante un largo proceso hospitalario en el que me vi envuelto. En una noche llegó a mi habitación y...bueno, en resumidas cuentas, me besó. Fue el comienzo de un idilio en el que por primera y única vez en mi vida fui el amante, el tercero en discordia. Nos veíamos a escondidas y en una de esas la "rapté" una noche, la llevé a mi casa y preparé el ambiente con velas, copas, cena, música.... fue perfecto. Casi perfecto, como dije, yo sólo era el tercero en discordia. Con eso no hace falta decir como acabó. Lo cierto es que aquello me sacó de mis casillas por completo. Siempre me consideré un chico bastante íntegro, que lo que no quería que me hicieran, no lo hiciera yo. De hecho, hace un par de semanas estaba hablando con una amiga y le contaba que con dieciocho tiernos años, yo en Asturias con mi primera novia en serio, pensaba con firmeza que lo siguiente: "¿Yo? Virgen hasta el matrimonio". Confieso esto ahora ya que me lo tomo a broma. POR DIOSSS. Si me lo preguntan, puede que haya tenido una fase en la que me sectarizaron. Bueno, no, para ser sincero, si me criaron en un ambiente tradicionalista en el que me tapaban los ojos cuando una pareja se iban a besar en la boca, lo suyo es que creciera con esas nociones. Y no hablaré del tema sexual porque entonces esto se convertiría en un disparate, en el show del humor y de las risas provocadas por mi mismo ante lo que yo creía que era el sexo...en mi adolescencia. Cuan inocente seguía siendo en mi adolescencia. Luego me espabilaron a base de bien...


Y bueno, como se trata esto de bailes y de cositas de antes, antes me gustaba mucho este cantante y por eso lo pongo, pero sobre todo porque no baila nada mal. Ya esta canción es de mi etapa adulta. Creo que en público la he escuchado solamente una vez. Y fue bestial... De "Ricardo Martín" recuerdo sobre todo la canción "Living la vida loca". Hace años, que para mi son como siglos, tuve una de las dos etapas desenfadadas en las que no me importaba nada bailar porque perdía la timidez y me transmutaba de forma natural como el Potasio en Argón 40 (tengo que utilizar lo aprendido estos días en la carrera). Salía de noche a las terrazas de verano -que ya han pasado a mejor vida tal y como la conocimos algunos-. Aquella canción era mi canción. ¿Alguien ha visto la película Greese de John Travolta? Pues imagináos a mi mismo bailando con todas las mujeres de aquel lugar, haciéndome corrillos a mi alrededor. Juro que no estaba ni bebido, ni drogado. Sencillamente fue una etapa -transitoria, por desgracia-. La última vez que escuché a este cantante fue en una cita que tuve hace pocos años...mi cita acabó yéndose con dos tíos...sí, sí, no con uno, sino con dos. No, si yo me descojono cuando lo cuento. Y eso que bailamos mucho y bien, pero se ve que aquello no le impresionó...Ahí lo dejo, y también dejo este degenerativo post y cierro así esta semana, estrafalariamente. Espero que tarde mucho tiempo en volver a repetir un post similar a este, jajajajajaajajaja.




2 comentarios:

  1. Hola Cris. Con que ballet, ¿eh? Nunca lo hubiera imaginado, de hecho no recuerdo haber visto en persona a alguien haciendo ballet. Me han dicho que es muy duro. Lo de la música, como decía, es música de retrospectiva casi toda, me sigue gustando, pero mi gusto musical ha cambiado radicalmente, ahora soy más cantautores y grupos que pocos conocen, aunque mi gusto es bastante, bastante, ingentemente variado.

    Oye, ¿llegaste a bailar en público y esas cosas cuando hacías ballet? Pasar del ballet al hip-hop es como ir del polo norte al ecuador en una hora. Supongo que no será imposible, que todo es práctica. Yo creo que si quisiera, podría aprender a bailar cualquier cosa, como decía, llevo el baile en mi cuerpo y muchas cosas me saldrían de forma natural...supongo, no lo sé, es esa parte irreverente, atrevida y quizá un poco chula que tengo.

    ResponderEliminar
  2. Una entrada muy bonita, y muy musical, la de canciones que llevas a cuestas.
    Me quedo con Montaner (telenovelero total) y con Ricky (que ritmo, y que guapo que estaba)
    La foto en la que apareces sentado en el sillón es graciosa, jaja, que chiquitin se te ve...
    Yo no tengo tanmpoco demasiadas fotos de infancia, me pasa como a ti y el único recuerdo que tenía en video acabó en la basura por error, jeje, si, me río pero fue un drama.
    Bailar me parece el mejor ejercico de todos, de peque ganaba los maratones de baile que hacíamos mis hermanos y mis primos en el pasillo de mi casa, (ocho niños dando botes). Se me daba muy bien... ahora no sé yo.
    Es verdad lo de las terrazas de verano, ¿que ha pasado? Es un misterio...
    :)

    ResponderEliminar