Soy todo pasión


No digas amor, no digas cabeza o razón. No digas que el sexo es imposible entre los dos porque no conoces lo malo que puedo ser. No, no soy amor o razón....

Soy pasión. Y como soy así, no me da vergüenza ni reparos en decir que te quiero, que estoy enamorado como un puto adolescente de ti. Que me duele saber que tus palabras y sentimientos son de otro. No me avergüenzo de lo que siento porque es noble. Y no sólo soy amor o razón...

...Soy sobre todo pasión. Lo soy y tú no lo sabes y ni te lo imaginas. Y no sabes todo lo que soy capaz de hacer sólo con pasión. Soy capaz de no comer sólo por respirar el aire que tú respiras mientras me acerco muy despacio hacia ti. Soy la pasión que no tiene prisa por contar milimétricamente cada poro de tu piel sin prisa. Y sólo por pasión mordería tus labios con tanta dulzura que gemirías. Y con pasión lamería cada rincón de tu cuerpo. Y con pasión no sabes que te mordería de una forma que querrías que lo repitiera toda la noche.

Y tanta pasión hay en mí que lo verías en mis ojos, en mis besos, en esta sonrisa que sólo busca tu placer y el mío. Y con tanta pasión busco tu desnudez que lo hago despacio, recreándome en tus pechos, en tu torso, en tu culo, tus piernas. Y con tantísima pasión volvería por tus pies y te besaría una y otra pierna, tus rodillas, besaría tan suave como la seda o el terciopelo tus muslos y….

Con esta pasión que no puede más, seguiría hasta arriba. Mi lengua y mis dientes darían buena cuenta de tus pechos. Sí, esta pasión mordería con una dulzura desgarradora tus pezones. Mi pasión no conoce límites y querría pellizcarte el otro pezón, sí, todo tan despacio, con tan poca prisa que querrías que llegase el momento. Me detendré en tus pechos todo lo que haga falta para escuchar tus gritos hasta que te corras, si no lo has hecho ya.

NO, esta pasión no se sacia de una vez. Porque me quedaría acariciarte la espalda, con mi dedo índice primero dibujando al azar la belleza de tus palabras. Esta pasión que volvería a morder, a besar, a lamer cada milímetro de tu espalda mientras acaricio con mis manos tus pechos. Y mi pasión no desea parar hasta volver a escuchar que me digas “quiero más”.

Mi pasión llega a tus caderas, y tu cintura. Te las acaricio, y una nalgada suave interrumpe el proceso. ¿Has sido mala? Si me dices que sí vuelvo a pegarte con suavidad. Me apiado de ti y beso tu culo mientras lo acaricio y lo pellizco con esta pasión tan mía que sé que te gusta.

Mi pasión conoce todos tus puntos débiles y uno de ellos es el cuello. Mi pasión lo acaricia primero. Aparta tu pelo a un lado para besarlo con esta suavidad de la que tú sabes que soy capaz. Te beso hasta el lóbulo de esa parte de tu cuerpo que bien puede oír la cadencia de mi respiración jadeante sabiéndote mía.

Mi pasión no se puede controlar con tan poco, pero anhela sentir que tus ojos llaman los míos. Esto no es hacerte el amor, esta pasión mía quiere penetrarte de formas y modos nada convencionales. No en la cama, ni en posición horizontal, quiere follarte de formas sucias haciéndome con tu cuerpo palmo a palmo, haciendo que tú seas mía y que además me pides, me suplicas que no pare de morderte, de follarte contra la pared. Y esta pasión que no se para con una vez, lo seguirá intentando hasta que uno de los dos quede inconsciente.

Es esta pasión la que me perturba y la que se perturba viendo tu cuerpo, cada parte que me has mostrado y la que desea callar tu boca para comerla entera, la que desea detener tus pasos para que tus piernas sean el juguete de mi boca, junto con tu coño que ambos sabemos que lo que desea.

Qué le vamos a hacer si es una pasión insaciable. Qué podemos hacer si no desea sino repetir una y otra, y otra vez contigo. Que tu cuerpo y el mío sean dos viles juguetes de hacer el mal,  de hacer el amor, o mejor, de follar, cosa que sabemos hacer bien.  


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