Tus amigos te abandonan. Nadie
dice nada bueno de ti. Estás más solo que acompañado. Esta historia podría ser
personal…o no. Esto va de decisiones. De valentía, pero también de mucha cobardía.
No se trata de ser un héroe. No se trata de ser físicamente fuerte. Se trata de
un poder que va más allá de todo lo imaginable. El sentido más inoportuno,
aquel que llaman “común”, nos prohíbe romper la bolsa y causar una baja en el
sistema. Vamos siempre con una tendencia alcista, incluso monótona a veces.
¿Quién no ha soñado alguna vez que se abre la puerta y aparezca la mujer con que
has soñado tantísimas veces? Hace años alguien me dejó plantado en el altar.
Años más tarde otra mujer se llevó todo mi dinero. La última se llevó toda la
confianza que tenía. Ahora soy desconfiado, no tengo dinero ni fe. El crack fue
mayúsculo. La crisis contractual no es más que un teatro de sueños comparado
con el sinfín de pesadillas que voy a travesando. Sin embargo… Has de avanzar.
¿Cuál es la alternativa? ¿Darse de baja? Uno intenta sobrevivir sin el mayor
poder que un super héroe puede tener: el amor. Yo creo que aquellos que se aman
mutuamente, con madurez, independencia y devoción al mismo tiempo, son los
mayores héroes del mundo. Hoy día tener fe ciega en que no te van a dejar
tirado en el altar es un logro. Creer que nadie se aprovechará o te
menospreciará por el dinero, es un avance, y recibir un beso o un te quiero
con, o sin palabras es vencer al villano que se cierne sobre tu vida y que
acecha a todo el mundo.
Mañana será un día importante. Me
recuerda a aquel 28 de mayo cuando me quedé en el altar esperándola cuando aún
creía en una deidad, en un Cristo. Cuando creía antes de cercenar por completo
cualquier atisbo de fe ciega e irracional. Ser romántico hoy día es lo más
parecido a ser único, a volar por los aires, a salvarse con un paracaídas… si
tienes un portador. Mañana se puede acabar absolutamente todo. Será un crack… o
puede ser el inicio de un amanecer en plena noche. La experiencia ha sido mala
compañera de viaje y me atisba más lo primero que lo segundo, más… Pase lo que
pase, intentaré seguir en el camino. Intentarlo es un logro. Cada día te
abofetean, la luz del sol quema tanto que acabas abrasado. Y la noche no es lo
suficientemente larga como taponar y curar las heridas. Por eso necesitas volar
por lugares inhóspitos, resguardarte en los senos de tu amada, saborear unos
labios. Una sonrisa única, una sorpresa inesperada sólo con su presencia.
Porque eso es lo que pasará mañana. Una presencia significará el principio de
un blanco o un negro, si no, será un abandono, un color que no existe, una
palabra sin escribir, sólo pensada. Y toda la vida nos arrepentiremos de no
haberlo intentado.
Y yo, con un compañero de viaje
al que llamo ‘Narciso’ me dice que me lo merezco… que nos lo merecemos. Y que
yo debo salvar a los míos, y ella ha de salvarme a mí porque en esta zozobra
constante en la que el barco sigue cayendo por los fondos abisales. Mañana me
levantaré y pensaré que puedo estar ante mi última oportunidad, que puede ser
un fracaso, una ruina, que todo lo arriesgado antes de nuevo no valdrá de nada.
Volveré y seguiré con mi rutina, esquivando cachetadas, palizas y demás
cuestiones punitivas que día a día intentan someterme. Más, aún con mucha más
pena que gloria, aquí estoy, ajado y soñando en que todo saldrá bien… porque
como le dije una vez a un amigo: “así ha de ser”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario