Un año en Guatemala

Gracias por un AÑO INOLVIDABLE en Guatemala. Gracias por convertirme en un hombre, por hacerme crecer y ser el ser humano más humilde, noble, honorable y orgulloso de si mismo de todos cuantos hay. 

Mi corazón está tranquilo. He hecho todo lo que siempre he querido hacer sin rejas ni cadenas. Ayudar a quienes más lo necesitan es, de lejos, y por mucho, lo mejor que he hecho en toda mi vida. Sólo siento tranquilidad....pero el hombre por naturaleza es ambicioso y no se conforma. En un año nació mi hija, de 12 años, y ella es el futuro. Pase lo que pase, no necesito palmaditas en la espalda. Yo soy mi propio héroe. Camino con la cabeza tan alta que sólo miro al cielo.

Esta canción se la dedico a quienes NO me conocen, a quienes no quisieron conocerme. También a quienes se olvidaron de mí, queriendo o sin querer. Seres humanos somos y yo en verdad, no tengo rencores, por supuesto. Ojala todos tengan vidas llenas, felicidad y tranquilidad como la mía. No soy un hombre pesimista, ni rencoroso, ni odioso, ni rabioso. Quien ha estado a mi lado cada día de un año entero sabe bien que todas esas palabras son clichés, juicios sin sentido, conclusiones y simplificaciones necesarias para encajarnos. Nadie merece ser encajado. Todos somos geniales en nuestras complejidades. Seamos difíciles, amemos fácilmente y follemos con condón. 

No soy el mejor ser humano del mundo, pero me esfuerzo en ser el hombre que siempre quise ser...y me parezco mucho a ese que imaginé. Sólo ha habido una persona que ha estado casi 365 días a mi lado y ha visto mi esfuerzo. Sé que ella se siente orgullosa de mí, y yo lo estoy de mí mismo pero muchísimo más de ella, que ha sabido entender y aceptar mi libertad y lo que le quiero dar. Cada día que logramos mantenernos juntos a pesar de la presión es un día ganado. Cada día que consigo "sobrevivir" a este mundo SIN (libertad, agua, luz, comida, adultos, información....), es motivo de crecimiento personal. En serio, si sintiérais lo mismo que yo en este momento, veríais en verdad cuánta banalidad y sinsentidos sobran en la vida, y veríais con que poco uno es capaz de llenar la sangre de amor. Porque hay que rebosar amor, devoción y generosidad para estar aquí por y para dos razones: dar y amar. Yo he dado y he amado.... y sigo dando y sigo amando. Motivo para estar tranquilo con el universo, con el destino. 

Pero no es momento de mi muerte. Claro que no. Hay una persona que me necesita y necesita que yo me convierta no sólo en un hombre de verdad, tranquilo y orgulloso, sino también pudiente y que le pueda proporcionar sabiduría (que la tengo) y cuestiones materiales, una vida "de mentira" porque ya ha tenido una vida demasiada verdadera. Necesita ella también tranquilidad y descubrir que lo mejor de la vida llega cuando tienes LIBERTAD. ¿Qué es la libertad? Saber que has hecho todo lo posible por superarte y te has superado. Saber que has amado hasta la locura y que lo has hecho bien. Saber que has aprendido a amar y que conoces todas las respuestas. Saber que siendo un mundo complicado, puedes simplificar. Saber sonreír a pesar de que saber mucho a veces aminore la velocidad de las sonrisas. Saber, en definitiva, que llegados a este punto, no sabes nada sobre ese todo que percibes. La libertad es mucho más, por supuesto, pero mi legado lo tiene una persona y por fin hallé la persona que tendrá todo lo mío cuando todo el mundo se haya olvidado de mí. Hallar a esa persona ha sido lo mejor de mi vida. 

He sido amado de verdad por varias mujeres, he follado hasta el desmayo, he sido objeto sexual, he superado enfermedades gravísimas, he trabajado hasta la enfermedad, he logrado mis objetivos profesionales y académicos mucho más allá de lo que nadie pudiera haber esperado de mí. He dejado novias y otras novias me han dejado a mí, me han pegado y yo he pegado, he sido todo aquello que la sociedad espera que un ser humano sea pero nunca nada de eso me llenó hasta que he venido a Guatemala. Y no sólo eso, encontrar a tu familia sin quererlo ni buscarlo es, os lo juro, LO MEJOR DE LA VIDA. 

Por eso estoy tranquilo. Mi alma, mi corazón, todo mi yo, está tranquilo y feliz porque he cumplido. En este camino me acuerdo en verdad de Marta Rm, por abrir el camino y la lata. Me acuerdo de Hector Corretjer por ser mi hermano, mi confidente, mis oídos y mis ojos en momentos de oscuridad en el inicio de este camino. Me acuerdo de Anna Borbala Martos por ser mi mamá cuando erraba en el camino, por preocuparse de mí casi más que yo mismo, por sentirme y entenderme, por ser y seguir siendo un corazón grandísimo (te amo, y te extraño cada día de esta vida, Bori). A Adam Dallmann, por ser mi médico y salvarme la vida en no menos de 3 ocasiones, y cuando digo salvarme la vida, lo digo en sentido literal...y además por darme tantas y tantas lecciones sin decir ni una sola palabra, sólo con verlo, ya aprendes de él (I want you, man and I miss you when you sang "Frío frío como el agua del río", and you first and the unique sentences in spanish "el gato bebe leche" and "no, no es mi elefante"). A Silke Taeter (Y André), porque siempre os admiré como seres humanos y nunca, NUNCA jamás os olvidaré, granujas. A Micah Stetz por ser otro granuja, mi amigo de habladurías prohibidas sobre mujeres o lo que fuera, porque eres el hijo de puta más simpático y guay que he visto, y el único que quería hacer un reality show con mi vida y sentimientos, te quiero, tío (aún). Y a Angela Saiz Melia, por recordarme tantísimas cosas que tenía olvidadas en algún lugar remoto y lejano, por hacer posible los imposibles, por intentar revivir y hacer realidad los sueños, porque necesitarme y por hacer que te necesite sin ataduras ni derechos, por tu presencia, sonrisa, por todo lo vivido por los mensajes furtivos y cortos, por tu entusiasmo por que la ilusión se escribe con tu nombre y porque gracias a ti el tejido de los sueños ya llevan varios nombres (Yaquelin, Suly, Shirley....) y gracias a ti tengo ganas de "tejer". 

Gracias a ustedes porque este hombre tranquilo, que lleva un año en el Río Dulce (Guatemala), es lo que es, por cada granito de arena, o incluso grandes trozos de piedra que habéis forjado en mí. Por supuesto, para ustedes, esta canción más que para nadie. 

Os amaré para toda la vida y no creo que sea lo suficientemente larga como para pagaros tantas cosas que me habéis dado de forma inmaterial. 

Apuntes a mi amigo Carlos. Así me va recorriendo mundo


Estoy en Puebla, casi en el centro de México y bueno, hoy me volví a perder y me sentía tan solitario que me dediqué a escribir pequeñas reflexiones que te expondré: 

-Casi no me lo creo, caminar por Puebla y descubrir, de repente, la nieve en las montañas, y un volcán...¡¡¡en erupción!!!

-Y de repente comienza a caer agua-nieve...en México y en pleno mes de agosto. 

-Avenidas de 20 kilómetros imposibles de caminar

-Concepto: un volcán activo, echando fumarolas, que se ve SIEMPRE en la ciudad. Concepto de peligro inminente. Ese concepto.

-Hablé con Alberto, mexicano de Chiapas, me explicó un poco el conflicto de Chiapas en los 90. Me quedó clarísimo. Además hice un amigo en él. Un crack. 

-Guatemala me parece un país con problemas más importantes que México. 
-México es un país complicado desde fuera y lo es más desde dentro. 
-Guatemala y México tiene una diferencia: 80 millones más de mexicanos que guatemaltecos y cada uno con un ego excesivo. 

-En Puebla hace frío en agosto....y así es el verano aquí. 

-México logra sacar lo peor de las personas y también lo mejor de los seres humanos. 

-Cuando llevaba 3 horas caminando y perdido sólo pensaba en encontrar un McDonalds para tomar un malteada...me enganché a esa mierda la primera vez que la probé. 

-Hay algo peor que estar en Guatemala y no tener pasos de peatones y es estar en México, que hay pasos de peatones y que ningún conductor ni peatón respeta. 

-Hoy casi provoco una colisión múltiple porque,..,..fui el único ser humano que se atrevió a usar un paso de peatones

-La mirada de las chicas mexicanas son muy diferentes a las de las guatemaltecas. Las mexicanas parecen más perturbadas o preocupadas. 

-El camino de la exploración de lo desconocido es largo; el de regreso siempre es más corto. 

-No hace falta tener un máster en turismo para darse cuenta de que aquí la información al extranjero es insuficiente en total exceso. 

-En Puebla he tenido casi la certeza de que si quisiera, podría empezar de cero. 

-Las calles de Pueba son el paradigma perfecto de un geógrafo con una paciencia infinita, sus calles siguen los puntos cardinales de una forma totalmente ilógica.

-Hacía tiempo que mi cuerpo no reaccionaba ante cambios meteorológicos. En Puebla hay altas presiones, bien porque tiene o está a cierta altitud o porque hay un centro de altas presiones. lo sé porque mis dedos se volvieron a hinchar porque cuando hay altas presiones mi circulación sanguínea es peor. Me había acostumbrado a las bajas presiones guatemaltecas.  

-Oriente, Poniente, Norte, Sur, así son las calles de Puebla. Un caos. 

-Me resulta casi imposible de asimilar que casi la mitad de mi trayecto lo haya hecho con un un hombre de 52 años, con él me tomé 2 botellas de cervezas y 4 tacos en un puticlub vacío a las 5 de la tarde. Nunca olvidaré a Fernando. 

-Descifrar las rutas de cada autobús en 3 días es tan imposible como recorrer todo el Sáhara sin gota de agua, hay tantas compañías y tantas rutas diferentes para cada destino que llega a ser desesperante. 

-Al volver a ver la final de la Copa del Mundo que ganó España, lloré...no porque me alegrara por ellos, sino porque yo, como ellos, me siento campeón de mi mundo en mi modalidad. Lo que hago aquí es algo tan único e irrepetible que me siento ganado, ganador. Me siento mi propio héroe. 

-Después de agarrar y tomar un chicken bus guatemalteco, cualquier otra mierda de autobús me parece puro lujo. 

-La arquitectura urbanística o la geografía urbana de Puebla me muestra una ciudad que, al parecer, ha respectado su crecimiento en vertical, centrándolo en exceso en el crecimiento en horizontal (así hay avenidas de 15 kilómetros, claro).

-Echo de menos, por este orden, a Shirley, Éricka y Miriam. Mis 3 chicas especiales. 

-En Puebla hace frío siempre...y yo voy en plan tropical. Hazte un crokis de eso. 

Me siento optimista y muy adolescente. Me siento lleno de verdades verdaderas, tanto parciales como absolutas, y es absolutamente cierto que hoy sé menos que ayer, aunque tenga más mundo...porque el mundo te pone en tu sitio y te hace ser humilde. Tienes más respuestas a preguntas que antes ni te hacías. Te conviertes y te haces un poco perverso, un poco canalla pero todo es más de corazón, todo es más pausado, más adulto. Mi secreto más grande, es tan grande y tan obvio, que me da felicidad que nadie lo sepa, porque es tan obvio como ilógico. 


No querría regresar a casa si no estuviera seguro de que me abrazarán como sólo allí, en mi hogar, saben hacer. Guatemala y mis niños. Os amo.


Sin Palabras























Son mi vida entera



Os escribo una carta que nunca leeréis. Y lo hago aquí porque en el lugar donde habitualmente nos hallamos se podría malinterpretar o se podría dar lugar a engaños o también porque mostrar los sentimientos está mal visto. Esta carta es todos sentimientos, es para deciros, de alguna manera, todo lo que me habéis hecho. Me habéis cambiado la vida, la cabeza, la mentalidad. Me habéis cambiado.

Recuerdo perfectamente cuando hablé con Shirley la primera vez, le dije: “Así que tú eres la famosa Shirley de la que todo el mundo habla”. Tú, claro está, por tu naturaleza, no te habías dado cuenta de quién era yo, y yo, debido a esta misma naturaleza, tampoco sabía dónde estabas tú. Porque eres una niña discreta, buena, inteligente, que no se lanza si no lo requiere la ocasión y porque en tu vida has conocido sobre todo personas como yo…o no. Eso fue en noviembre, desde entonces hemos vivido tantas cosas: risas, fiestas, momentos de enfado, de llorar, momentos para aprender, para reír, para jugar, para tener miedo y para ser valientes. Recuerdo aquel partido de basket que me ganaste brillantemente, recuerdo las posadas, el momento en el que te fuiste y no regresaste, la cara que tenías cuando te veía trabajar, lo enfadado que estuve, tu miedo, la ilusión incontable que me hizo volver a verte cerca de mí. Luego vino el cambio, de ser amigo-orientador a maestro. Entonces me marqué la meta de darte mi legado, mi sabiduría y en eso seguimos. Intento que entiendas que sin el estudio y las ganas, no harás nada, que tú eres tu propio patrimonio, que no hay más. Y luego llegaron los momentos como el del cayuco, cuando tuve que irte a buscar a mitad del río. O los momentos en que tenías que abandonarnos sin saber si regresarías o cuando yo me he ido sin saber si regresaría. Recuerdo tantísimas cosas, que no cabrían aquí y no tengo tiempo para
escribírtelos. Cada una de tus bromas, pero también tus travesuras, como cuando te escapaste con tu novio y estabas en la clínica y la expectación que levantó aquello. Y fue así, sin saber ni por qué, te convertiste en mi hija, por quien lo daría todo. Has llorado tres veces desde que te conozco. La primera hace un mes, por tu hermana, al recordarla en una noche sin más. La segunda, cuando te enteraste por terceras personas lo que sucedería al final del curso. La tercera, la semana pasada cuando supiste que tu novio me había insultado y habías decidido dejarlo. Y desde que sé el momento en el que nos separaremos me demuestro a mí mismo lo fuerte que soy por no llorar y mantenerme impertérrito.
Pero desde que sé que tendré que vivir sin ti, tengo el corazón roto y vivo un poco muerto y sin saber cómo creer en la vida que te da un hijo y tienes que vivir sin él. ¿Cómo voy a vivir sin ti, Shirley? Sin saber si estás bien o mal, sin saber si estás triste o contenta, sin ser yo el que te lo dé todo. ¿Cómo voy a vivir sin ti? Quiero que sepas que intentaré ser fuerte y seguir aprendiendo y que aquí te prometo que si logras estar en el cuadro de honor, dentro de 5 años te haré el regalo que tú quieras, algo muy grande. Te prometo y te juro que, si está en mi mano, esas 2 semanas de vacaciones que tendrás en diciembre intentaré pasarlas SIEMPRE contigo. Sé que no será suficiente, pero  ¿qué puedo hacer si no intentar cumplirte? Me harás falta porque somos el padre y la hija perfecta. Estamos hechos para ser padre e hija, para darte a conocer la vida tal y como es, con todas sus cosas buenas y con todo lo malo. Yo quiero darte la libertad que no tienes, quiero ayudarte a vivir y que sobrevivas en este mundo con la ilusión de tener lo mejor. Espérame Shirley, tú eres mi razón para seguir vivo. Sólo tú eres mi razón. Eres la hija que siempre quise tener y aquí hallé.



Ay Miriam. Te recuerdo aquella mañana en que llegaste con Dilcia y Glendy. Tus malas miradas, tus antipatías, tu cara de enfado, tus ojos tristes, todo lo malo que tenías al inicio. Incluso tu aire de Lolita, niña mala pero provocadora, que se creía Diva. Y llegó tu suspensión, que coincidió además de nuestro flechazo. Cuando comenzabas a ser una niña normal y yo me daba cuenta de que podrías ser muy buena. Desde entonces el amor no ha hecho más que aumentar hasta un límite en que no logro imaginar aquel lugar sin tus abrazos y tus palabras, sin tus caricias. No olvidaré jamás la visita a tu aldea, Lámparas, y cómo no te separabas de tu hermano Franklin y el amor y devoción hacia tu madre. Recuerdo incluso cuando, locamente y sin pensar me pediste matrimonio. La ternura que me provocas y como me ha conquistado tu inocencia hasta el punto de quererte como una hija más y pagarte, de momento, 6 meses de tus estudios, un sacrificio sobrehumano para mí pero que entre eso, y mi corazón, es lo que te puedo ofrecer para toda la vida, esperando que no te olvida des mí lo suficiente como para dejar de quererme, porque yo a ti siempre te querré.

Éricka, ¿De dónde viniste? Si ni tan siquiera me di cuenta de tu presencia hasta que te llamaron en la cancha varias veces para entregar unas camisas al equipo de fútbol de la tierra. Antes eras sólo una niña más. Hoy eres una niña a la que su padre abandonó hace 11 años, dejando a tu madre sola, con unos hermanos que son una piña, una madre sufrida. La mirada más bella que he conocido, la inteligencia sublime y tantas bromas hechas. Lastimo la falta de experiencias juntos pero ahí están las bromas, las sinceridades, las miradas, las sonrisas, y las ganas de tener algo más. Yo te deseo de verdad toda la suerte que creo que te mereces y tengo que decirte que te adoro, que te quiero muchísimo y que ojalá pudiera ayudarte a que te conviertas en esa mujer que se intuye que será fantástica, ojalá que puedas salir de Brisas hasta un lugar mejor.

Patojos imberbes, os amo hasta el infinito de una manera y forma en que jamás podréis siquiera imaginar. Mi amor es tan infinito como el basto universo. No sé, ni tan siquiera me puedo hacer una idea de cómo podré sobrevivir sin vuestra compañía, sin vuestra presencia. ¿Cómo me voy a desprender de ustedes si me habéis dado todo aquello que he buscado de la vida: amor. Cuando amas a mi manera y tienes que desprenderte te das cuenta de que estás viviendo como nunca pero que nunca has tenido tantos problemas porque debes hacerte a la idea de vivir sin las personas que te dan vida.




Al filo de lo imposible

Me hallo desesperado entre la espada y la pared y casi sin capacidad para reinventar o inventar nada en mi vida. En breve, en muy poco tiempo voy a tener que desprenderme de lo más sagrado para mí, de aquello que me ha devuelto la vida. De aquello que me ha dado TODO el sentido de una nueva vida que no encuentro. No podéis siquiera imaginar el grado de desesperación que tengo en estos momentos. Me planteo todo lo malo que un ser humano puede llegar a ser porque no entiendo, desde Guatemala, le inmensa e insondable injusticia que azota esta vida mía. No quiero perder a las personas que mas he amado. Personas que probablemente vayan a pasar por un infierno silencioso, personas que me necesitan y que no puedo ni sé cómo ayudar. Si existe Dios, si el Universo conspira algo para mí, deseo que sea ahora porque de lo contrario no acabaría por entender nada de esta vida. ¿De qué sirve saber tanto, conocer tanto, viajar tanto si al final, en el momento de la verdad, tienes que abandonarlos? Lo amo. Amo a Éricka, Shirley, Miriam, Glendy, Gladys, Miriam, Víctor, David, Christian, Erick Alejandro. Y se van a quedar sin red ni paracaídas. Igual que yo. Estoy sumido en una  tristeza y en un pesar tan hondo como la infinidad del universo. No entiendo nada y necesito ese clavo ardiendo para dar sentido a una vida que, sin todos ellos, no la tiene. Yo sólo puedo, pero no quiero, es mi adultez, mi madurez que los pide y los necesita para dar de mí este amor que me sobra a espuertas. No soy capaz de comunicar mis verdaderas emociones y pensamientos. Estoy en un callejón sin salida. Y nadie puede ayudarme salvo yo. O hay milagro, o este será mi final y con el mío, el de todos mis “hijos” que dependen de mí.  

Una carta desde todas partes


Hola X
Te voy a escribir o intentar al menos, todo lo que he imaginado que te contaría estando conmigo en mi viaje. Verás, se me cumplía el plazo de los 90 días de estancia en Guatemala y pensaba en ir y regresar rápido, un viaje “relámpago” a Belice y regresar en 2 días, uno para ir y otro para volver. Todo estaba así planeado porque ahora hay muy pocos voluntarios y los maestros están trabajando más aún de lo que ya lo hacen, así que me salida fue del todo inoportuna, pero necesaria y además con mi intención de regresar pronto. Eso parece que ocurrió hace una semana y sólo hace tres días. Bárbaro. Llegué por la tarde a Petén. Ya te hablaré de este departamento, que espectacular en casi todos los aspectos. Llegué a Petén de noche pero ya supe lo que iba a ser el viaje. Paró la policía al autobús y al que agarraron fue a mí. Me pidieron la documentación pero la tenía en la mochila, que estaba en la maleta del bus. Salí a buscarla pero no la encontraba porque los capullos aquellos la había medio perdido y el policía se puso nervioso y fue a por mí. Los del autobús se pusieron a buscar la mochila, la encontraron y me preguntaron dónde tenía el pasaporte, uno de ellos lo sacó (y aprovechó para revisar y quitarme 10 euros). Después de 10 minutos de tensión me dejaron subir en paz…y temblando. A la mañana siguiente de mi llegada, como a las 7 de la mañana, salí hacia el puesto fronterizo de Guatemala llamado Melchor de Mencos. Ya había hecho esto una vez más. Belice para que te hagas una idea es como una mezcla entre Jamaica, Estados Unidos y Burkina Faso. 


El caso es que cruzar una frontera terrestre a pie es el paradigma loco de un geógrafo friki –no es mi caso…no del todo al menos-. No tuve problemas para la salida pero al intentar entrar en Belice, me detuvieron. Literalmente me detuvieron. Por si no lo sabes, tengo un problema con la autoridad: no sé mentir. En la ONG me advierten de que no debo de decir toda la verdad sobre esto porque es posible que tengan reticencias para sellar el pasaporte. Y claro, yo no sabía que eso iba a ser verdad…y lo fue. En la aduana me tuvieron retenido durante una hora. El doble beliceño de Samuel L. Jackson era un capullo que no me dejó de mirar con cara de pedo. Claro, no le dije la verdad, pero no le mentí del todo y al cabo de todo el rato me echó. Creo que fue el mal menor porque yo estaba temiendo que me detuvieran o pagar un multazo. El problema es que no me quedaba tiempo casi porque si no cruzaba la frontera de Guatemala y me iba a otro país podría ser que no me dejaran entrar por un tiempo a Guate o el multazo padre con sus consecuencias, claro. Me tuve que regresar a la isla de Flores, en mitad de Petén, el departamento más grande de Guatemala y que por sus particularidades podría ser un país propio. Para que te hagas una idea, no sé si has visto Castilla León o Castilla La Mancha, pero imagínate esos dos paisajes, y ahora ponle sólo verde y en vez de ciudades como Soria o Zamora, aldeas y caseríos pobres. Agarra la población de estas dos ciudades y divídelas por 1000 o 10000 y tendrás un montón de aldeas apenas pobladas, pobres y con un espacio casi infinito de prados, bosques, selvas, cultivos de frutas y sobre todo mucha, mucha agua. En cada aldea hay cosas que siempre hay: levantan iglesias o parroquias o lo están haciendo poco a poco. Yo infiero que con lo poco que ganan y logran vender, una parte de ese dinero lo invierte para levantarle un templo a su Dios. Yo estoy seguro de que la mayoría de estas cosas no te sorprenderían porque eres alguien muy leído y que ha visto muchas cosas, pero igualmente sé que verlo en persona debe sorprender. Yo creo que ya estoy habituado a ver la pobreza de este lugar.

Hay cosas que me llaman poderosamente la atención: las personas. Verás, no quiero parecer arrogante, xenófobo o algo de esto, pero estas personas a veces no llegan al nivel de razonamiento “normal”. Y yo creo que en verdad sí es normal porque ponte a pensar: trabajan de 10 a 15 horas casi sin descanso, en muchos casos no descansan ni un solo día a la semana y en el peor de los casos los niños tienen que chapear (cortar la vegetación con machete) durante todo el día por un pírrico sueldo o sin sueldo. Claro, a la mayoría no le queda tiempo para nada más que pensar sino en seguir trabajando. Aún siguen sorprendiéndose al verme con un arete y un piercing siendo un hombre. Los niños se me quedan mirando durante 5 minutos. Las mujeres no lo entienden y los hombres me miran raro. Es difícil explicar esto del “razonamiento” y de esa “carencia” pero ponle muchas comillas porque es un tema complicado de explicar en pocas palabras. Otra cosa es el aspecto que tienen. Aquí sólo puedes discernir si es niño, joven o viejo. Verás, en muchos casos resulta que estás viendo a una mujer bien puesta, pero resulta que es una niña con los rasgos muy adultos. Por ejemplo, el mejor colega que tengo aquí, aparenta unos 45-50 años, y sólo tiene 25, está muy deteriorado. Y creo que ese es el tema, se deterioran muy rápido y crecen deprisa, es un asunto realmente interesante.

Ah sí, bueno, yo regresaba a Flores, en Petén y ya iba preocupado. Además, cuando fui a preguntar cuánto costaba ir hasta México, al principio me dijeron 200, por la tarde 220 y ya de noche 250. Claro, me estaban inflando el asunto mucho pero luego averigüé por qué. Hay dos pasos fronterizos para ir a México, uno es por Bethel, al suroeste de Petén y otro por El Ceibo, al Noroeste del departamento. Por lo que me dijeron el precio de 200-250 quetzales (20-25 euros), era por Bethel ya que el camino era tortuoso. Me encontré con un chino o japonés airado porque pasó las de Caín para ir de México hasta Guatemala porque fueron 10 horas y un paseo por lancha cruzando el río Usumacinta (que es río-frontera) y un camino de tierra. Estaba el pobre exaltado y aún se movía. Sin embargo, luego averigüé que ir por EL Ceibo costaba 40 Quetzales (4 euros) y “sólo” eran cuatro horas (acabaron siendo 6 horas y media). Me tuve que levantar a las 4 y pico de la mañana para salir a las 5 en una furgoneta-autobús. Realmente el desplazamiento en este país es digno de documentar en vídeo o algo porque no tiene que ver con nada que tú hayas experimentado nunca. Y luego están las estaciones de autobuses. Sólo alguien que haya viajado a este tipo de países podría entenderlo  ¿Por dónde iba? Ah sí, camino a México. Pero claro, ponte a pensar, llegas a esa especie de “estación” y aparecen 10 hombres a cual con peor aspecto de desaliñado diciéndote destinos: “Poptún, San Luis, Tikal, Uxtún, Yaxhta, Guate….” Y yo iba a El Ceibo, bueno, no hasta allí, sino al cruce El Ceibo con el Naranjo porque no había directo. Tenía que agarrar un bus de esos, adivinar dónde estaba el cruce que me iba a llevar a la Frontera y bajarme. Suerte tío, pura suerte. Suerte incluso cuando camino a El Naranjo ¿adivina quién apareció? La policía. ¿Y a quién crees que vieron? ¿A un narco? ¿A un ladrón? No, vieron a William y volvieron a registrar mi mochila, a cachearme, a quitarme otros 100 quetzales y algo más que no logro recordar y claro, en el bus iban 25 personas que llegaban tarde a trabajar y a partir de entonces me llamaron de todo. Tras unas 5 horas me dio por preguntar y justo cuando me levanté de la silla era el sitio. Y me dejó en mitad de la selva de Petén, en mitad de ninguna parte con dos carreteras, una pa un lado, y otra pa otro. Allí con 5 personas más y esperando a otra furgoneta que decía que tardaría 5 minutos (en Guatemala 5 minutos son 20 minutos, son unos desastricos, no tiene control del tiempo ninguno). Pues ahí tío, tirado en mitad de la selva con un mochilón d 20 kilos (incluido el portátil). Veinte minutos más tarde apareció el bus. El acojone fue brutal porque estaban diciendo que estaba el ejército cerca de allí y que el día anterior habían matado a no se quién muy cerca de allí. Después del problema con Belice andaba ya rezando para no tener problemas.


El Ceibo para que te hagas una idea, es un nido de chabolas, sucio  con un gran mercado negro de uno y otro lado. Finalmente crucé al cabo de una hora, pero los mexicanos también se pusieron idiotas. Me tuvieron que revisar 2 veces las maletas y hacerme preguntas. Así entré a los “Estados Unidos Mexicanos”. Luego me tocó esperar una hora el autobús al pueblo mexicano más cercano llamado Tenosique, que estaba a una hora. Pero allí mismo lo que había era un montón de mexicanos cumpliendo sus tópicos que parecía aquello un chiste. Imagínate que llegas a España y lo primero que haces cuando sales de un autobús es ver una corrida de toros y todas las mujeres vestidas de flamencas. Pues los estereotipos mexicanos son 100% ciertos. Mal hablados, vagos, sucios, escuchando música típica a todo dar y con la jerga que medio mundo conoce. Lo peor era el aspecto de ladrones y vagabundos que tenían, mascando el palito para quitarte la comida de los dientes y sucios. Lo peor estaba por llegar. Un tío le pidió que le dejara subir al autobús pero el chófer no le dejaba porque tenía droga, no sé exactamente qué tipo pero el conductor le dijo que sólo podía subir una cantidad porque si subía con más y le pillaban, le quitaban a él el autobús y todos los de dentro iban a la comisaría. Imagínate la situación tío. Cruzar una frontera terrestre no es ninguna tontería para mí, aún recuerdo lo que me costó cruzar la frontera de Estados Unidos, que casi no me dejan entrar. El único lugar donde no he tenido problemas fue al cruzar la frontera con Honduras…qué majos fueron. Pues ponte ahí, conmigo, en aquel bus….viejo y destartalado, por supuesto, con un tío con un pepino ahí y al final el conductor le dejó entrar. Yo pensaba: “bah, no será para tanto, seguro que exageró”. Joder, la hostia, pues 10 minutos después no pasamos por un campamento militar y paró al autobús. Cállate tío, menuda movida cuando se subió el militar con todo su armamento. Yo pensaba: bueno, aquí se acabó todo muchachos, William se nos va a una anónima cárcel mexicana. Pues el militar este se subió y estuvo como 15 minutos hablando y buscando de todo y sabes a quién encontró? A un español con una mochila único sospechoso del delito. Y yo pensando: “a ver si el tipo este me metió droga en la mochila y ya es el acabose” El tío se fijó en mi mochila y me hizo sacar todo, hasta los calzoncillos. Pero lo peor fue cuando me obligó a bajar del autobús para cachearme y agarrar 100 quetzales de mi cartera. ¿Cómo te pareció el tema? Yo me río ahora pero la hostia tío. Me sentí un poco Román Morales en Buscando el Sur, con mis respetos hacia él, su causa fue más honrosa que la mía…o no, que coño, que yo estoy aquí por una ONG y él por gusto. Yo soy un héroe joder. Mi propio héroe, aunque suene mal.

 

Bueno, después de cagarme en los pantalones y ponérseme los testículos como una corbata con nudo apretadísimo, regresé al autobús.  Después de una hora llegué a Tenosique pero no sin antes toparme de frente con mis amigos los militares armadísimos hasta los dientes que me volvieron a pedir la documentación y tener unos 20 minutos mirándome como si fuera guerrillero. Tengo que decirte que mi aspecto no invita precisamente a la confianza. Eso puede parecer malo pero si piensas bien, eso me permite ir por la calle alejado de los ladrones que me ven como si no tuviera un chavo, y llevo todo el dinero en mi bolsillo. Las cosas en México no pudieron ir peor. Cuando abrí la computadora, tenía el programa BitTorrent abierto y descargando cosas, y estaba navegando por internet y me sale un banner de estos de sexo, y al cabo d 10 minutos me sale una pantalla del gobierno mexicano diciendo que habían bloqueado mi ordenador y que dentro de 48 horas iban a ir a mi domicilió y no sé qué más y que tenía que pagar un multote increíble de taitantos mil pesos por violar los derechos de descarga y pornografía y no sé qué más. Desde entonces cada vez que escuchaba un ruido pensaba que era la policía mexicana que me iba a arrestar. ¡¡¡Una paranoia!!! Y yo pensando en mi novia y en mis 200 “hijos” (los de la ONG) y pensando que no regresaría. Para que no me agarraran salí del hotel y primero fui al consulado guatemalteco a ver si me pondrían problemas para regresar (me dijeron que no, ¿tú qué crees que habrá pasado?). Me entré a un supermercado-centro comercial para comprar agua y flipé. ¿Tú sabes cuánto tiempo llevo sin ver un supermercado de verdad? Pues más o menos desde hace 9 meses. Cuando vi unos calzoncillos casi lloro. Me compré 3 calzoncillos, y al ver unas hojillas de afeitar buenas también me las compré. Para que te hagas una idea, yo tardo una hora en afeitarme porque mi hojilla es de hace 10 meses y está oxidada y además me echo jabón de pastilla para el cuerpo y me afeito sin espejo.

Realmente me he acostumbrado a vivir sin apenas nada. Me tuve que ir de aquel lugar porque estuve media hora mirando todo lo que tenían allí. Agarraba algo por inercia pero luego decía: ¿por qué he agarrado esto? Es flipante lo que hace la cabeza. Y todo es por el consumo. Claro, ¿allá en Río Dulce qué voy a consumir? Si está lo básico, compro pasta, salsas, agua y alguna tontería pero nada de lujos. Para que te hagas una idea, la ropa que gasto es mitad de Guatemala, mitad de Honduras, y aquí en Guate hay un lugar llamado La Paca que te sale toda la ropa entre 0.7 y 1.10 euros (7 u 11 Quetzales) La mayoría es una bazofia de ropa, pero te puedes encontrar camisas de fútbol americano, alguna de marca perdida o una que tengo de kukuxumuxu, porque estos no saben de marcas salvo Nike o Adidas y ven esas marcas y piensan que no valen nada, y resulta que esas camisas allá en España pueden costar entre 15 y 30 euros (150-300 quetzales). Bueno, desconsolado por mi dormido consumismo salí de allí. NO tenía nada claro si regresar a Guate o seguir en Tenosique. Me desperté a las 5 de la madrugada y me dije: “No puedo seguir con esta preocupación, no puedo ni dormir en paz”. Pensé que ya que llevaba 2 días de aventura, ¿para qué alargar un mal desenlace? Me decidí a cruzar la frontera. MI preocupación era porque existe una especie de “leyenda” que dice que tienes que estar 3 días al menos en México para que te sellen el pasaporte en ambos lados. El acojone mío era brutal. Amo a este país, a estos niños y a mi novia e irme sin despedirme y súbitamente era una opción real. Lo vi de cerca.



Cuando volví a entrar a Guatemala  tuve problemas en la aduana de Guatemala. Me retuvieron otra hora más por problemas. No entendían por qué quería entrar otra vez a Guatemala y me sellaron mal el pasaporte –que está sucio y hecho mierda de tanto uso y tanto sello –unos 16 o 18 sellos tiene ya-. Bueno, y tocaba la vuelta. Sin saber horarios ni buses ni nada, me las ingenié para cambiar las perras (pesos por quetzales en estafa total y mercadeo negro que parecía un drogata buscando farlopa) y luego encontré el bus e hicimos el trato que, curiosamente fue más barato que en la ida y esta vez me llevaron directo. El viaje de regreso fue sobre todo divertido. Ya me he acostumbrado a que los chóferes hagan scrachts de rallys pero el de hoy fue brutal. El tío iba a 120 y se pegaba los frenazos que ni un piloto de rallys. Fue divertido todo aquello. Sobre todo porque ya estaba relajado. Al llegar de nuevo a Flores todo fue super tranquilo salvo porque me fui a un hostal de 25 quetzales (2.5 euros) que era una casa destruida y yo pensé: “Guau, auténtico” pero no tenía papel de baño, ni wi-fi ni electricidad. Le pedí que me devolviera el pago y me vine al tradicional sitio cuando vengo, que cuesta el doble, pero para mí es el mejor.

La geografía de las fronteras terrestres es digno de observación, te lo digo en serio, no tiene nada que ver con nada que yo haya visto antes. Es algo interesante. El peligro está ahí, recuerda cuando te conté que cuando crucé hacia Belice en diciembre atravesé un tiroteo que llegaron balas al autobús. Desde luego que tengo un Guarda que me cuida porque de lo contrario yo hace tiempo estaría muerto o en la cárcel. Si alguna vez no te doy señales de vida, ni aunque fuera una palabra, vete sospechando porque supongo y sé que no siempre voy a tener tanta suerte.


Si me pongo a pensar en todo lo que estoy haciendo, ahora en serio, me alucina mucho. No tengo tiempo de pensarlo mucho, pero tío, hago todo esto yo solo, me aventuro de madrugada por calles de ciudades de dudable estima, atravieso controles militares, hombres con metralletas y recortadas. Ya sé lo que es el sonido de los disparos. Si estuviera en un banco o sofá de España y pensara en todo esto, diría que perdí del todo la cabeza, pero sin pensarlo o pensando un poco, y ahora aquí, entre nosotros nunca jamás me sentiré más orgulloso de mi mismo como ahora. Creo que la vida, vivir, al menos así como estoy, es el mejor homenaje que nadie me puede hacer, yo mismo me pongo a pensar. Amo a esas criaturas, que parece que soy yo el que hace algo, pero encuentro mucha reciprocidad en todo. Tío, soy maestro de casi 200 niños, poniéndoles notas, enseñándoles cosas importantísimas, puedo dar mi legado a niños con los que paso la mayor parte del tiempo. Yo sé que para ellos yo seré uno más, pero hoy me puse a practicar y me sé el nombre de 185 de los 196 niños que hay y de todos te podría contar historias. Esta experiencia es lo mejor que me ha pasado en la vida y lo mejor es que sé que aún puedo aprender y mejorar mucho más. Estas criaturas me hacen sentir especial. Pagaría literalmente por llevarme a una docena de estos niños conmigo. Sería feliz si tuviera hijos como ellos. Son diferentes pero hay algo en ellos que es inefable. Desde la primera vez que tuve que limpiarle el popó durante media hora a Manuel (niño de 5 añitos), hasta cuando ayudé a Daniel Estuardo a tranquilizarse cuando tuvo sarna o cada vez que los de 4º, 5º ó 6º me vienen a mí para ayudarles a hacer su tarea hay un recorrido de mucho trabajo. Amo en la persona en la que me he convertido. Aquí soy alguien importante, aquí puedo hacer cosas. Y no tengo trabas del tipo consumismo o aspecto estético. Pasan meses hasta que me miro en un espejo pero ni me preocupa. Aquí las mujeres son muy naturales, será raro que veas a una mujer maquillada. Tienen un estilo muy sobrio, pelo largo, muy largo, hasta el trasero cuando se lo sueltan, pero la mayor parte del tiempo lo tienen atado en coletas. Aquí no sé, creo que si estuviera como antes, es decir, todo el rato trabajando en la computadora, creo que sentiría que estaría perdiendo el tiempo. No soporto estar mucho rato en frente de la computadora, me siento mal. Y me siento mal cuando estoy como estuve en Tenosique (México) comprando cosas porque pienso que eso que gasto para mí, lo puedo invertir en algo para niños (fruta o lo que sea). Venir a Guatemala, es, de largo y por muchísimo, lo mejor que he podido hacer en mis 32 años. Y no hubiera llegado aquí de no ser por mi carrera, por la Geografía. Hay muchas cosas que gracias al destino. Y otra cosa te diré, mi chica, mi novia, es una mujer que me hace muy feliz, me hace aún mejor persona y creo que soy una versión mejorada de quién era. No tenemos una relación de dos seres atados, somos muy independientes y por eso la amo más cada día, porque se parece bastante a la relación que he tenido querer, queriéndonos, pero sin atarnos. No me preocupo de nada que no sea realmente importante, no me preocupo de las maldades cotidianas ni de cuestiones banas y sin importancia. Lo importante son las cosas básicas: comer, dar cariño, comprensión, dar todo lo que puedas de ti, ayudar, ayudar y ayudar siempre y claro, aprender porque nunca estamos exentos de seguir aprendiendo. Quien no se acuerda de ti, quien no te hace bien, mejor olvidarlo y obviarlo, eso crea basura interior. Este viaje, que espero que acabe con final feliz, ya me cambió la vida, lo que queda atrás, sólo es pasado y es una página que no quiero ni volver a leer. Tenerife queda para mí en otro espacio temporal. Espero no tener que regresar. Yo ahora visualizo y tengo unas poderosas ganas de encontrar trabajo aquí, en México, Estados Unidos o en mitad del Atlántico en un barco, me da igual, quiero tener dinero porque anhelo apadrinar a unos cuantos niños, ayudarlos en sus estudios y poder seguir dándome una oportunidad con mi novia. ¿Sabes incluso lo que he pensado? Me gustaría imitar a Thoreau, me gustaría irme al bosque y hacerme mi propia casa. Irme con un hacha y un machete, y hacer mi territorio, también cultivar algo para hacer mi comida. La tierra me llama, no sé nada de estas cosas y creo que en general tengo poca fuerza y soy muy pusilánime, pero la tierra me llama cada vez más para acabar allí, con mis ahorrillos y viviendo sin problemas de dinero, pero en un ambiente bucólico, tranquilo, sin mogollones y alejado de toda clase de estructuras sociales banales que habitan normalmente en el mundo desarrollado.

Y lo de los mayas. Eso es algo que de verdad, tú estás aquí conmigo porque no conozco a nadie que pueda valorar estas cosas más que tú. Hay tantos detalles, tantas cosas que habrían que contar y aprender de este mundo maya, se respira esto a cada paso porque tío…¡¡¡Están hablando un idioma que tiene más años que cualquiera de las civilizaciones e imperios europeos!!!

X, como siempre te digo, tú eres uno de las 2 únicas personas que siempre están pendientes de mí (la otra es mi hermana), y para mí es un orgullo que viajes conmigo, en mi cabeza, sabiendo, como sé, que alguien sabio como tú sería capaz de entender todo este recorrido humano y sentido. 

Antes de volver a pasar un periodo de aislamiento por mucho tiempo quiero que te quedes con esto que, mientras regresaba a Río Dulce, estuve pensando:

-Hace mucho que la experiencia Centro Americana- Guatemalteca sobrepasó cualquier experiencia previa que haya tenido.

-Nací en Venezuela, crecí y me crié en España pero me he hecho adulto en Guatemala.

-Normalmente hace tanto calor y humedad que la parte del cuerpo que más trabaja son los poros de la piel que exudan todo el líquido hasta la deshidratación. Cuando tomas líquido, tardo apenas unos pocos segundos en sudar hasta casi la deshidratación.

-Subir a un autobús público guatemalteco es aventurarse a toda suerte de cosas que habitualmente no encontrarás en otro país.

-Le meteorología aquí es salvaje. Por primera vez en mi vida he visto rayos a plena luz del día y he escuchado tronar a unos pocas decenas de metros. Por primera vez he sentido la violencia de la naturaleza y he sentido verdadero miedo a ser alcanzado por un rayo. El calor es tórrido, la lluvia imponente.

-He pensado un poco en esta experiencia vital y he resuelto que en el mundo estoy más solo de lo que pensaba. Yo lo que más pretendía es no dar un paso a solas y no echar de menos siempre a alguien. Cuando cruzo una frontera, cuando duermo por las noches, cuando voy a cualquier lugar siempre estoy físicamente solo. Eso no ha cambiado. He cambiado la aceptación del hecho como algo normal, que no es ninguna tragedia, ni nada malo, pero no ha cambiado la sensación de que me hace falta no estar solo.

Gracias por tus mensajes, echaba mucho de menos este intercambio de mails. Me recuerda al pasado, cuando estaba en Alicante y nos enviábamos decenas de mails al día. Me alegro sobre todo porque te noto mejor y eso es realmente lo que importa.

Te quiero X. Sueño con que pronto se hará realidad el sueño de tener un trabajo remunerado y que podré pagarte un pasaje a América y vendrás a visitarme y yo seré un hombre feliz porque mi mejor y casi único amigo en España estará conmigo. Sé que dentro de poco tendré fortuna. Tengo esa determinación y lo conseguiré, no sé cómo, pero lo conseguiré.

Cuídate mucho tío, y esto no es un formalismo, CUÍDATE MUCHO esa salud y no te olvides de mí que yo NUNCA me olvido de tí.  Te envío un saludo muy feliz desde la Isla de Flores, en Guatemala. Tu amigo que no te olvida:

William


Acostumbrarse



Me he acostumbrado a este lugar como el lunes se acostumbra a ir detrás del martes. Es la inercia del ser humano. Me he acostumbrado a mostrar todos mis conocimientos a estos niños. Me he acostumbrado a reconocer mis límites intelectuales, a recorrer nuevos caminos por la propia inercia. Me he acostumbrado a comer con las manos, sin cubiertos, ya sea cualquier tipo de comida. Me he acostumbrado a vivir con velas y en la oscuridad. Me he acostumbrado a escuchar a monos aulladores a las 4-5 de la madrugada. Me he acostumbrado a caminar por caminos rurales en mitad de la noche sin linterna y casi, casi sin luz. Me he acostumbrado a ser ambivalentemente introvertido y extrovertido. Me he acostumbrado a ser profesor de niños con muchos problemas. Me he acostumbrado a levantarme a las 6 de la madrugada. Me he acostumbrado a que ella me dé, de 10 a 100 besos cada vez que nos vemos tras varios días sin saber nada el uno del otro. Me he acostumbrado a ver este río tan grande como un océano. Me he acostumbrado a la lluvia copiosa y abundante de forma diaria. Me he acostumbrado al tórrido calor, a estar sudando desde la mañana, hasta la noche. Me he acostumbrado ir y regresar en lancha. Me he acostumbrado a estar sin celular (móvil), sin internet, sin frigorífico, sin microondas, sin electricidad, sin prácticamente ningún lujo. Me he acostumbrado a vivir con no más de 5 ó 6 mudadas de ropa. Me he acostumbrado a lavar la ropa a mano. Me he acostumbrado caminar, a correr, a hacer ejercicio. Me he acostumbrado salir con el cayuco y el remo en busca de aventuras. Me he acostumbrado a la jerga guatemalteca, a decir púchika en vez de hostias, a decir “vení” ó “veníte” en vez de “ven” ó vente, a decir computadora en vez de PC, a decir coche en vez de cerdo, a decir “juelagran” en vez de “joder”, me he acostumbrado escuchar el himno de Guatemala y a que se me pongan los pelos de punta cada vez que 200 niños lo cantan cada lunes a las once de la mañana, me he acostumbrado a casi todo lo Chapín. Me he acostumbrado a decir “quetzales” en vez de euros, a decir “pisto”, en vez de “duro” ó “guita” o “plata” ó  el eufemismo que se utilicen para llamar al dinero. Me he acostumbrado a decir “caites” en vez de “chanclas”, “cholas” ó “zapatillas”.


Me he acostumbrado a decir palabras en Keq’chí para ‘conquistar el cariño de los niños mayas. Me ha acostumbrado incluso a vivir con menos música de la que habitualmente lo hacía en España. Me he acostumbrado a sentir seguridad en mi mismo, y seguridad en mis inseguridades como algo sano y curable. Me he acostumbrado al estado ruinoso de todo lo que me rodea. Me he acostumbrado a sobrevivir sin redes, paracaídas, ni salvavidas. Me he acostumbrado a vivir con el miedo como si fuera algo natural, como si tu némesis siempre estuviera rondándote, como la horma de un zapato que nunca se rompe, que siempre está tirante y con el que siempre has de luchar. Me he acostumbrado a despedirme sin pena, sino como una ley innata de la vida contra lo que no puedes luchar. Me he acostumbrado a ser fuerte, recio, como una roca. Me he acostumbrado a no llorar. Me he acostumbrado a que cada día, sin decirlo, estoy diciendo adiós a un lugar que ha cambiado mi visión del mundo y de toda la vida. Me he acostumbré a aceptar que mi destino está alejado de lujos y de rimbombantes sistemas tecnológicos. Ya sé que acabaré lejos de cualquier urbe, y acepto mi destino, sea cual sea, con el orgullo de quien ha hecho todo lo posible. Si acabo donde pienso, no habrá sido por no haber llamado a todas las puertas. Me acostumbre a que hay guerras que nunca se podrán ganar. Pero en cierta forma y de una manera metafórica y subliminal, he ganado, aunque no tenga un centavo y aquellas que creen que tanto tienes, tanto vales, piensen y crean que no valgo nada porque no tengo dinero. 

Nací en Venezuela, crecí en España, pero me hice mayor en Guatemala. Me acostumbré a no tener patria, a sentir un poco todos los países del mundo como el mejor lugar donde nacer cada día…cuando sabes que haces falta y que vales. Eres de allí donde te aman, te valoran, te quieren, y cada día te extrañan cuando no te ven. Cambia el mundo cuando tú te empeñas en cambiar para mejorar. No me interesan las riquezas si no siento la verdad como la veo aquí. Todo lo demás, lo siento, chicos, pero es mentira. Mira a tu alrededor, ¿De cuántas cosas podrías prescindir? Yo sin las sonrisas sinceras de estos niños y sin el amor desintoxicado de los lujos. Esa es mi verdad ahora. Yo no sé mañana...

Por favor, enséñame el camino

 Rebanándome los sesos para tratar de encontrar un camino, cualquier camino que suponga salvar la vida a un grupo de niños que merecen conocer algo más que un orfanato. En esa lucha intento salvar esas vidas, salvándome. Y no me perdonaré nunca si no soy capaz de ponerle nombre a esas vidas y lograr con una sonrisa de satisfacción, y ni una sola palabra, que ellos vivan esa vida que yo hubiera querido para mí a esa edad. No encuentro ese camino que haga que ellos tenga un porvenir. Mi futuro está ligado íntimamente a esas caras, a esos nombres, a esos pasos. Me frustra muchísimo no poder encontrar ese camino que les conduzca a algo simple. Porque ya la vida es demasiado complicada para que ellos tengan que encontrar ese camino. Yo quiero ser sendero que ilumine esa ilusión. Me frustra mucho no serlo, pero anhelo, y mendigo si hace falta ese camino que les pueda hacer encontrar el futuro. Mi futuro es el de ellos y por eso desespero al no poder vincular indeleblemente su vida a la mía. Porque ya la mía no tiene más sentido que no sea, a solas o con ellos. El resto, es secundario. Si no lo logro, habré fracasado. Así de simple, así de cruel. Y son malos tiempos para la lírica y la literatura. ¿Cómo encontrar el camino si uno está tan perdido? Pido ayuda sana que salve unas cinco o diez vidas de vivirlas de formas herméticas, cerradas y anónimamente. Socorro.  


“Hay muchos voluntarios que nunca conocí sino sólo por lo que han hablado de ellos, a los que he agarrado cariño sólo por lo que hicieron, no por lo que vivieron conmigo. Pero también adoro a todos esos voluntarios con los que viví sin lugar a dudas la mejor etapa en CG. Nunca los olvidaré y no los olvido. Estos últimos no los olvido porque son sobre todo y ante todo, amigos. Me voy dando cuenta de que todo cambia, muta, que pasan las personas y yo permanezco y cambio también. Esta experiencia te hace ser de una manera que te atrapa, te enloquece, hace que, si te llega muy adentro, sea difícil imaginar otro lugar como este. Es difícil o casi imposible imaginar mi vida sin poder ver siquiera a la Shirly, a Gladys, a Miriam, a Christian, a Eric y Félix (imposible imaginarlos en otro lugar que no sea en la casa de varón pequeño). Sí, se van yendo las personas y yo algún día también tendré que marcharme y entonces creo que entraré en la etapa más compleja y difícil de mi vida, que será la de tener inoculada la enfermedad de los niños que amas tanto como para querer llevártelos hasta el último lugar del mundo para que vivan cosas que crees que ellos merecen vivir. Y me parece que aunque lo tengo, el dinero poseído es insuficiente para poder darles todo lo que merecen ellos y todo lo que quisiera. Para con mis amigos voluntarios, sólo puedo decirles que les admiro y lo haré hasta el último hálito de aliento. Que en mí siempre habrá y tendrán un aliado, un amigo, y un ser humano para siempre que quieran. A los niños a veces ya me siento incapaz para demostrarles lo mucho que me tienen ganado, es casi una locura llegar al nivel de amor sano y sacrificado que les tengo. No existen palabras suficientes, sólo me atrevo a decir que esta vida es historia cada día porque ellos aún hoy te hacen reír y te quieren hacer sentir importante. Si me preguntan por mi existencia, es imposible, ellos la poseen ya para la eternidad. Si me preguntan por mi futuro, es de ellos. Y punto”

PD: El último placer, jugar al Monopoli con Gladys. Dos sueños hechos realidad, volver a jugar al monopoli, - que me encanta- y poder ver los ojos recobrados de ilusión en mí de una de las niñas que más amo. 

Ahora que miro al cielo

¿Qué nos ocurre cuando llegas a un momento en la que crees que has gastado toda tu vida, todo tu patrimonio, todas tus creencias en todos tus ideales pensando en que la vida pasaba demasiado rápido como para tener siquiera tiempo para perder?. Algunos seres humanos pensamos, (déjanos pensar equivocadamente) que hay que hacerlo con prisa, pero sin pausa, con valentía, pero con cautela, pero siempre, con todo. Es así por lo que escalamos la montaña más alta, por la que somos más generosos de lo que en realidad deberíamos ser, es por eso por lo que caminamos hasta el desmayo, cuando inventamos caminos cuando parece que ya se ha acabado el último. Es así como pretendemos tejer una telar cuan Penélope, esposa de Ulises, pero no con la intención de esperar a alguien. No, no se trata de esperar, sino todo lo contrario. De lo que se trata es de decorar con ese telar una vida en la que tú has construido el hoy, con las esperanzas alcanzadas del mañana. Precisamente cuando obtienes las riquezas del porvenir te puede resultar extraño. Riquezas en formas que imaginaste: abrazos, besos y amor de niños y niñas, abrazos, besos y abrazos de gente adulta que pensabas que no llegarías a tener, ósculos y amplexos llenos de pasión y también, claro está de amor. 

Y bien, después de tanto ayudar y tras haber ignorado por completo el lugar que resultaba ser tu inspiración diaria (el cielo y las nubes), te sorprendes de nuevo observando toda la bóveda celeste, que en este lugar es más pura que ninguna. Y te preguntas, después de estar haciendo una labor literalmente impagable, ¿Y ahora qué?

Ahora querrías de verdad seguir ayudando a las personas que te han hecho sentir necesitado y necesario, querrías ayudarte a ti a construir el último castillo que no creías que podrías tener. Pero parece todo tan quimérico, parece estar todo tan en contra que la sola idea de regresar a aquellas 4 paredes de donde huiste reiteradas veces durante unos 20 años parece un castigo demasiado cruel para los logros de la vida. Y nunca necesité que nadie me pusiera en un altar en el que yo mismo logro ponerme por los logros alcanzados desde la humildad y siempre desde las ganas de superarte a ti mismo. 

Ahora toca prepararse para un destino que yo no quise, que no he elegido pero que, cuan imán, me atrae hacia él sin yo querer. Ese en el que la vida de cada uno es egoísta hasta el extremo, donde parece que ya se olvidó el vestigio de la humanidad y la ayuda. Ese lugar no es para mí pero me atrae a él como a un convicto a su cárcel, injusta cárcel. 

Ahora miro al cielo y me pregunto qué lugar en el mundo será el ideal para construir en el hoy, los esfuerzos del ayer, y que el mañana no se caiga al mayor de los abismos por la falta de consistencia de los sueños. Pero mis sueños no son frágiles, no creo que lo sean. Es posible, quizás, que ande buscando los pasos de Thoreau en Walden, o incluso el aislamiento mayúsculo de Zaratrustra. ¿Cuántas veces he aludido a estos dos personajes en mis palabras? Quizás sea el momento de construir una casa solitaria y disfrutar de la sabiduría que da el trato con personas como nunca jamás lo tuve. Del aprendizaje de volver a haberme sentido un hombre sociable cuando en verdad nunca lo he sido. 

Quizás debería... No. Me niego a decir lo que debería o no debería haber hecho en el pasado. Estoy en Guatemala, tengo 200 alumnos desde los 5 hasta los 12 años, hay muchos que sé que me quieren casi con la mirada, sé que hay muchos que jamás se me borrarán de mi mente. Estoy en Guatemala, me he enamorado, he besado y me han besado de formas inolvidables por siempre y jamás. He vivido experiencias únicas y exclusivas. Algún día lograré contar las cientos de historias que cada día jalonan la existencia en este rincón de este pequeño y lejano país. 

Mientras, tengo que lamentar mucho deciros a todos, que NO pienso perder un minuto de mi tiempo dándome por vencido. Como decía uno de mis mentores intelectuales, esto no acaba hasta el último segundo. No pienso rendirme para encontrar un futuro que no suponga estar varado en un lugar en mitad de ninguna parte. 

Esta son palabras hechas sobre y por la vida, sobre las ganas de vivir, sobre las ganas de sentirme REALMENTE querido, adorado, necesitado. Son palabras que buscan una nueva reinvención de la situación aquí o en China, en cualquier lugar que no suponga perder lo ganado.

Por ellos soy feliz (9ª Parte)

El último curso que recibo son los más pequeñitos: kínder. Kinder es un grupo 10. Es diez porque son diez niñitos. El más pequeño tiene 4 años recién cumplidos, Emerson, hijo del lanchero del orfanato. Los principios de Emerson no le auguraban un buen año, ya que se lo pasó llorando durante varios días. Sin embargo, en un giro inesperado de los acontecimientos Emerson es el niño más cuidado por los otros que se sienten en la obligación de protegerlo. Si no sabes lo que es la ternura, tienes que ver a nueve niños de cinco años cuidando y protegiendo a un niño de cuatro años. El cuidado de estos niños entre si es un asunto muy paradigmático. Emerson, por supuesto, no sabe nada de normas ni historias. Cuando quiere duerme, cuando quiere, se levanta y cuando quiere, que es siempre hace lo que se le da la gana pero siempre sin armar ningún escándalo porque apenas si sabe caminar bien y mucho menos hablar. Los niños más inteligentes son Beberly y José Alejandro. Muchas cosas separan a estos dos niños. Beberly es la única niña de pelo rubio de todo el colegio, es para mucho una niña muy linda pero a mí lo que me mata de esta niña es su inteligencia. Conoce a todos los animales, todos los colores, pinta a nivel de 1º y es super educada, de lo cual infiero que claramente ha tenido buenos padres y una buena educación. Es inteligente fuera de toda duda y es desde luego el ejemplo de todos los niños. Cuando se trata de jugar, es muy tranquila, es como la niña que todos quisieran tener. Del otro lado está José Alejandro, el hermano de Jonathan (1º). El caso de José Alejandro es igual que el de Beberly, es super inteligente, capaz de retenerlo todo, además es guapo, muy guapo, tiene una sonrisa capaz de tumbar a la persona más dura. Dan ganas de comérselo a besos. Pero hay un punto clave que separa no sólo a José Alejandro con Beberly, sino con el resto de niños. José Alejandro es un niño traumatizado y que ese trauma lo lleva bien visible haciéndoselo saber y sufrir a todos. José Alejandro fue uno de los últimos en llegar. Como bien comenté cuando hablaba de su hermano, fue criado por sus abuelos porque su madre no podía hacerse cargo de ellos. Cuando sus abuelos murieron la madre seguía sin poder hacerse cargo de ellos, así que los puso en el orfanato mientras ella trabajaba. Pero claro, estos niños han visto muy poco a su madre. José Alejandro creció durmiendo con la luz encendida, con miedo a la oscuridad y con el mimo de unos abuelos que lo consentía y que no le decían que no a nada. De esta forma, José Alejandro se acuesta por las noches pero al cabo de dos horas más o menos, se despierta gritando como si lo estuvieran matando. Se ha probado un buen montón de soluciones, pero la última vez que me tocó dormir a mí con los pequeños se despertó unas veces al cabo de la noche. Se ha probado dormir con el voluntario-profesor, pero esa medida es un agravio comparativo para todos los demás que también temen la oscuridad, así que se prohibió esa medida. Malo fue aquello porque los gritos atronadores junto con los llantos de José Manuel despertaba a todos los niños pequeños pero también a los grandes. Se probó como solución poner una vela, pero eso tampoco condujo a nada bueno. Lo último que se probó fue una linterna para él. Luego se cambió y la linterna la tenía el voluntario que le alumbraba pero claro, según voluntario, tenía que alumbrarle unos pocos segundos o bien quince minutos, como mi caso. Lo último que me tocó vivir fue la madre de todos los berrinches cuando la madre de José Alejandro y Jonathan visitaron el orfanato y al irse José Alejandro la insultó, la pegó y se metió al agua hasta que le llegó a la boca (él no sabe nadar). Luego sintió llorando, insultándola y gritando. La única paz que tiene el niño es en clase porque además no lo pasa bien con el resto de los niños, ya que José Alejandro se comporta como un bebé de dos años al que todos abusan de él, y ni tiene dos años, ni abusan de él, sino que entre todos los voluntarios lo han mimado tanto, lo han tenido entre tantos algodones, que el niño se ha acabado sintiéndose así. Para mí el caso de José Alejandro es, de entre todos los niños, el más grave, no por su naturaleza, sino por sus acciones y reacciones exacerbadas y su nula capacidad para razonamiento. El caso de Jorgito es ejemplar. Llegó al orfanato a las clases desde los tres años. El mejor y favorito de muchos voluntarios y profesores. ÉL solo, sin hermanos, sin familia se adaptó y nunca fue un problema para nada ni para nadie. En clase de kínder Jorgito parece un niño mayor ya resabido, pero lo cierto es que no parece ponerle mucho interés al asunto, pero se porta bien y es un niño la mar de tranquilo. Martín Chiqui (lo de chiqui es apelativo mío), es el menor de cuatro hermanos que están en el orfanato: Víctor Leonardo (5º), Ramiro (2º), Aroldo (1º). Comenzó siendo un amor de niño, con una cara que parecía la del Gato con Botas de Shreck que no rompía un plato pero vaya si rompía platos…vajillas enteras. Aún así es un primor pero está falto de cariño y amor y está todo el rato pidiendo que lo suban en brazos y cosas típicas de un niño de dos años, no de cinco. El grupo de kínder lo completan Marcos, que me encanta, Héctor, que no hace nunca nada, Sara, que siempre la visten de vestiditos de princesa, Estela, hermana de Elba (4º) y Maylin, que es la más discreta de las niñas. 

Beberly

Estelita

Jorgito

Martín Chiqui