Uno de los momentos más inolvidables del pasado año
2012 –y probablemente de mi vida- ocurrió en septiembre. Una de mis mejores
amigas fue a un concierto de Marwan en su ciudad, Bilbao. Por aquel entonces yo
estaba en Jaén, ¿qué día sería? ¿Catorce o quince de septiembre? ¡Aay, septiembre!
Qué importante ha sido siempre él. Para mi amiga era la primera vez que veía a
este cantautor que ella misma me descubrió en enero de hace justo cuatro años.
No pude acompañar a mi amiga que sabía muy bien lo
importante que era para mí…para ambos. Por eso, antes del concierto, alcanzó a
hablar con él. Yo estaba entrando a un centro comercial de Jaén, sonó mi
teléfono y detrás del teléfono estaba mi amiga, quien logró que el mismo Marwan
hablara conmigo a través de su teléfono. Hablamos un segundo escondido en cinco
minutos. Para mí fue tan inolvidable como el hecho de que mi amiga mantuviera
la llamada mientras él cantaba en Bilbao. Fue un concierto vía telefónica. Un
momento único e inolvidable. Nadie ha hecho eso por mí…ni acercarse.
Pensé que eso era insuperable. Ya en la ciudad en
la que resido eventualmente hoy día, buscaba un concierto o música en vivo que
tanto me da la vida. No había en el horizonte un concierto de nadie que
conociera en esta ciudad. Entraba el mes de octubre, el de mi cumpleaños, tan
especial que es para mí. Descubrí que Marwan visitaría mi actual ciudad justo
el día que nací hace unas cuantas décadas. Durante seis de los diez días
previos a su concierto bajé hasta el bar en el que tocaría buscando una
entrada. Finalmente, no sin mucho empeño, lo logré. Fui, como en otras muchas
ocasiones, el primero en entrar en la sala. Lo vi entrar, hablamos y le
expliqué que era el día de mi cumpleaños. Yo, que no suelo pedirle nada…bueno,
nunca le he pedido nada, después de un tiempo tan complicado para mí por aquel
entonces, sí me atreví a pedirle una canción suya muy especial.
El concierto, como es habitual en él, fue muy
emotivo, largo, extenso, maravilloso. Sin embargo, la canción no llegaba. Hacia
el final Marwan me miró y se acordó de mí, de mi cumpleaños y de la canción más
importante para mí. Su dedicatoria pública me dejó sin palabras hasta ahora.
Imposible explicar el hecho. Me emocioné, lloré mientras grababa –o lo
intentaba- aquel momento único. Zozobré, se me pasó el significado de esa
canción, el por qué, todo lo vivido, todas las cientos –si no miles, quizás- de
veces que la había escuchado, que había soñado con que alguien hiciera algo así
por mí. Con una ñoñería claramente alcista hasta cotas insospechadas Marwan
logró que aquel momento se convirtiera en memorable.
Fue en octubre. Desde entonces ando como si ya
pudiera fenecer en paz. Clavo en mi cabeza frase como “encuentro lugares donde
irme pero ninguno en donde quedarme”, que, quizás, sea de lo que más pienso. No
sé de qué manera poder expresar lo que significa la música y la persona que es
este cantante. Pero fueron dos momentos importantes en 2012 y no sé si de los
más importantes públicamente en mi vida. Pese a todo, sigo buscando conciertos
cercanos suyos para poder disfrutar de un tipo de concierto que aún hoy no he
logrado encontrar parangón.
¿Qué te voy a decir? Es mi ídolo. Y su música como bien dices describe un gran halo de magia que no logro explicar. El cabrón se hace querer...
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