Esta es una entrada bastante intrascendente pero tenía ganas de escribirla aunque sea ya un poco desfasada. En el año 2003 una rabiosa
capacidad para no parar de escuchar música hizo que quisiera dejar constancia
de lo sucedido en mi vida a través de la música y de las canciones. De pequeño
me levantaba pronto y una de mis aficiones era ver la lista de los 40 Principales.
Fueron muchos años y mucha música de ese pasado que aún existe, al igual que
muchos artistas. Tal vez por intentar emular esa lista pero con otros tintes
más personales aquel año cree lo que vine a llamar ‘Mis 50 Principales’.
Durante muchos años esta lista fue secreta o pseudo secreta. Sin embargo, hace
un par de años decidí darla a conocer. Y bueno, en esto de blogger yo comencé
de forma muy, muy básica. Pero fue sobre todo hacia el año 2009 cuando todo dio
un giro radical. Y aunque no me gusta hablar de mis otros blogs, y ni mucho
menos hacer promoción, en este caso lo haré porque realmente no creo que nadie
conozca de primera mano esta “afición” mía.
Claro, a lo largo del año
escuchaba mucha música, realmente es lo único que sé que siempre voy a estar
haciendo. Puedo no estar haciendo nada, dormir incluso, que de fondo siempre
habrá una canción con la que duerma y una con la que despierte. Esto sigue
sucediendo hoy, como cuando tenía ocho o nueve años.
Y bueno, el pasado año 2012 cumplió una
década y quiero resaltar esto que para todos carecerá de importancia, pero no
para mí. Por ejemplo, y a vueltas con ese año 2003, el número 1 de aquella
lista fue la canción “Apuesta por el Rock and roll” de Enrique Bunbury. Una
canción que por aquel entonces aún me recordaba muchísimo a Asturias, a mi
visitas por Espinaredo, Mieres, El Entrego u Oviedo. Siempre recordaré aquel
trayecto de El Entrego a Gijón escuchando de fondo, probablemente, la primera
canción que descubrí de Bunbury, “Infinito”. Luego “Apuesta por el rock and
roll” se convirtió en favorita. Puedo escribir perfectamente la historia de
cada año tan sólo viendo el número de cada año.
En 2004 la canción más oída, y,
por tanto, el número 1, fue “Desde el acantilado” de Abigail. Fue un año
complicado, iniciaba una nueva etapa en la que me estaba reinventando después
de haberlo dejado con mi novia de Asturias y buscaba volver a aquella patria
que me había acogido. Esta canción me ayudó y me sostuvo para no darme por
vencido en momentos complicados…como siempre que comienzas una nueva vida, con
nuevas personas, amigos, etc…
En 2005 sufrí una gran crisis, de
ahí que de nuevo Abigail, pero esta vez con la canción “Noches y días” fuera la
que más escuché. No contaré lo sucedido pero recuerdo como si fuera ayer lo que
pasó. Esto es como aquella película, ‘El efecto mariposa’ donde el protagonista
leía sus escritos y se transportaba a sus vivencias. Algo así me sucede a mí
con estas canciones.
El año 2006 fue en el que
redescubrí La Laguna –Tenerife-, los bares y las mujeres pasaron en vida cuan
mariposas…hasta que apareció alguien por quien me prendé tanto, que asocio esa
canción a las noches en las que la buscaba por los bares, en la que nos
encontrábamos y en las que la magia inundaba cada día, se trataba de “Por la
boca vive el pez” de Fito y Fitipaldis. Un año más tarde, en 2007, seguía ya
muy enamorado de aquella chica, una historia de lo más rocambolesca. Buscaba
verla y hacerla reír, cosa que conseguía, pero con cada sonrisa, peor lo
pasaba, ese año fue la canción, sin duda, de “Por verte sonreír” de La Fuga.
2008 fue un punto de inflexión en
mi vida, comenzó a cambiar, otro giro radical, un viaje, un accidente, un
adiós, dos mujeres, un hospital, y todo precipitado; ahí sonó de fondo sin
parar “Ardió mi memoria” de Manolo García. Si contase todo lo dio de sí ese año…bueno, lo he contado, en mi libro no
publicado, basado en los hechos acontecidos en aquel increíble año con esta
banda sonora.
Y llegó 2009, fue entonces cuando
las listas comenzaron a mutar y a ser más flexibles. Ese año, 2009 fueron como
dos o tres solapados en uno solo, de ahí que hiciera dos listas, una antes y
otra después de haber conocido a la chica que se convertiría en mi última novia
–de la que tanto he escrito directa o indirectamente-. Antes de conocerla, la
primera canción de la lista ‘mala’ fue “Wish you were here” de Pink Floyd;
después de conocerla, en la lista ‘buena’ copaba el primer puesto “Bailando
nubes” de Iratxo.
Llegó el explosivo año 2010 y sin
lugar a dudas todos los acontecimientos están vinculados con uno de esas
canciones que aún hoy me recuerdan todo lo sucedido: “Cuatro elementos” de La
Musicalité. El pasado año fue Marwan el que ocupó el primer puesto con la
canción “Marcas”. La de este año habrá que esperar hasta el día 31 de diciembre
por la mañana para saber quién será el número uno –pues no lo quiero desvelar-.
Huelga a decir que habrá sorpresa final de esa lista porque este año ha sido
también especial y eso lo reflejaré.
Como digo, no pretendo hacer
propaganda, pero quería ‘presumir’ de persistencia, de perseverancia.
Lastimosamente hoy día no puedo actualizar el Bastetstán siempre que quisiera.
Vivió momentos de dos y hasta tres canciones diarias. Hoy, por motivos de falta
de tiempo y conexión asidua a Internet he tenido que programar muchas entradas.
Mi vida está aún llena de música. Es el mp3 el que siempre, siempre me acompaña
para escanciar música, que desde que tengo uso de razón ha sazonado mi vida. Y
espero que las circunstancias se sigan dando para poder elaborar más o menos la
lista. Son diez años, cientos de canciones y cada una con una historia, mucha o
poca, corta o larga, importante o baladí, pero todas tiene tras de sí algo.
Lástima que no haga llegar demasiado lo que pretendo.
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