Apuntes a mi amigo Carlos. Así me va recorriendo mundo


Estoy en Puebla, casi en el centro de México y bueno, hoy me volví a perder y me sentía tan solitario que me dediqué a escribir pequeñas reflexiones que te expondré: 

-Casi no me lo creo, caminar por Puebla y descubrir, de repente, la nieve en las montañas, y un volcán...¡¡¡en erupción!!!

-Y de repente comienza a caer agua-nieve...en México y en pleno mes de agosto. 

-Avenidas de 20 kilómetros imposibles de caminar

-Concepto: un volcán activo, echando fumarolas, que se ve SIEMPRE en la ciudad. Concepto de peligro inminente. Ese concepto.

-Hablé con Alberto, mexicano de Chiapas, me explicó un poco el conflicto de Chiapas en los 90. Me quedó clarísimo. Además hice un amigo en él. Un crack. 

-Guatemala me parece un país con problemas más importantes que México. 
-México es un país complicado desde fuera y lo es más desde dentro. 
-Guatemala y México tiene una diferencia: 80 millones más de mexicanos que guatemaltecos y cada uno con un ego excesivo. 

-En Puebla hace frío en agosto....y así es el verano aquí. 

-México logra sacar lo peor de las personas y también lo mejor de los seres humanos. 

-Cuando llevaba 3 horas caminando y perdido sólo pensaba en encontrar un McDonalds para tomar un malteada...me enganché a esa mierda la primera vez que la probé. 

-Hay algo peor que estar en Guatemala y no tener pasos de peatones y es estar en México, que hay pasos de peatones y que ningún conductor ni peatón respeta. 

-Hoy casi provoco una colisión múltiple porque,..,..fui el único ser humano que se atrevió a usar un paso de peatones

-La mirada de las chicas mexicanas son muy diferentes a las de las guatemaltecas. Las mexicanas parecen más perturbadas o preocupadas. 

-El camino de la exploración de lo desconocido es largo; el de regreso siempre es más corto. 

-No hace falta tener un máster en turismo para darse cuenta de que aquí la información al extranjero es insuficiente en total exceso. 

-En Puebla he tenido casi la certeza de que si quisiera, podría empezar de cero. 

-Las calles de Pueba son el paradigma perfecto de un geógrafo con una paciencia infinita, sus calles siguen los puntos cardinales de una forma totalmente ilógica.

-Hacía tiempo que mi cuerpo no reaccionaba ante cambios meteorológicos. En Puebla hay altas presiones, bien porque tiene o está a cierta altitud o porque hay un centro de altas presiones. lo sé porque mis dedos se volvieron a hinchar porque cuando hay altas presiones mi circulación sanguínea es peor. Me había acostumbrado a las bajas presiones guatemaltecas.  

-Oriente, Poniente, Norte, Sur, así son las calles de Puebla. Un caos. 

-Me resulta casi imposible de asimilar que casi la mitad de mi trayecto lo haya hecho con un un hombre de 52 años, con él me tomé 2 botellas de cervezas y 4 tacos en un puticlub vacío a las 5 de la tarde. Nunca olvidaré a Fernando. 

-Descifrar las rutas de cada autobús en 3 días es tan imposible como recorrer todo el Sáhara sin gota de agua, hay tantas compañías y tantas rutas diferentes para cada destino que llega a ser desesperante. 

-Al volver a ver la final de la Copa del Mundo que ganó España, lloré...no porque me alegrara por ellos, sino porque yo, como ellos, me siento campeón de mi mundo en mi modalidad. Lo que hago aquí es algo tan único e irrepetible que me siento ganado, ganador. Me siento mi propio héroe. 

-Después de agarrar y tomar un chicken bus guatemalteco, cualquier otra mierda de autobús me parece puro lujo. 

-La arquitectura urbanística o la geografía urbana de Puebla me muestra una ciudad que, al parecer, ha respectado su crecimiento en vertical, centrándolo en exceso en el crecimiento en horizontal (así hay avenidas de 15 kilómetros, claro).

-Echo de menos, por este orden, a Shirley, Éricka y Miriam. Mis 3 chicas especiales. 

-En Puebla hace frío siempre...y yo voy en plan tropical. Hazte un crokis de eso. 

Me siento optimista y muy adolescente. Me siento lleno de verdades verdaderas, tanto parciales como absolutas, y es absolutamente cierto que hoy sé menos que ayer, aunque tenga más mundo...porque el mundo te pone en tu sitio y te hace ser humilde. Tienes más respuestas a preguntas que antes ni te hacías. Te conviertes y te haces un poco perverso, un poco canalla pero todo es más de corazón, todo es más pausado, más adulto. Mi secreto más grande, es tan grande y tan obvio, que me da felicidad que nadie lo sepa, porque es tan obvio como ilógico. 


No querría regresar a casa si no estuviera seguro de que me abrazarán como sólo allí, en mi hogar, saben hacer. Guatemala y mis niños. Os amo.


Sin Palabras























Son mi vida entera



Os escribo una carta que nunca leeréis. Y lo hago aquí porque en el lugar donde habitualmente nos hallamos se podría malinterpretar o se podría dar lugar a engaños o también porque mostrar los sentimientos está mal visto. Esta carta es todos sentimientos, es para deciros, de alguna manera, todo lo que me habéis hecho. Me habéis cambiado la vida, la cabeza, la mentalidad. Me habéis cambiado.

Recuerdo perfectamente cuando hablé con Shirley la primera vez, le dije: “Así que tú eres la famosa Shirley de la que todo el mundo habla”. Tú, claro está, por tu naturaleza, no te habías dado cuenta de quién era yo, y yo, debido a esta misma naturaleza, tampoco sabía dónde estabas tú. Porque eres una niña discreta, buena, inteligente, que no se lanza si no lo requiere la ocasión y porque en tu vida has conocido sobre todo personas como yo…o no. Eso fue en noviembre, desde entonces hemos vivido tantas cosas: risas, fiestas, momentos de enfado, de llorar, momentos para aprender, para reír, para jugar, para tener miedo y para ser valientes. Recuerdo aquel partido de basket que me ganaste brillantemente, recuerdo las posadas, el momento en el que te fuiste y no regresaste, la cara que tenías cuando te veía trabajar, lo enfadado que estuve, tu miedo, la ilusión incontable que me hizo volver a verte cerca de mí. Luego vino el cambio, de ser amigo-orientador a maestro. Entonces me marqué la meta de darte mi legado, mi sabiduría y en eso seguimos. Intento que entiendas que sin el estudio y las ganas, no harás nada, que tú eres tu propio patrimonio, que no hay más. Y luego llegaron los momentos como el del cayuco, cuando tuve que irte a buscar a mitad del río. O los momentos en que tenías que abandonarnos sin saber si regresarías o cuando yo me he ido sin saber si regresaría. Recuerdo tantísimas cosas, que no cabrían aquí y no tengo tiempo para
escribírtelos. Cada una de tus bromas, pero también tus travesuras, como cuando te escapaste con tu novio y estabas en la clínica y la expectación que levantó aquello. Y fue así, sin saber ni por qué, te convertiste en mi hija, por quien lo daría todo. Has llorado tres veces desde que te conozco. La primera hace un mes, por tu hermana, al recordarla en una noche sin más. La segunda, cuando te enteraste por terceras personas lo que sucedería al final del curso. La tercera, la semana pasada cuando supiste que tu novio me había insultado y habías decidido dejarlo. Y desde que sé el momento en el que nos separaremos me demuestro a mí mismo lo fuerte que soy por no llorar y mantenerme impertérrito.
Pero desde que sé que tendré que vivir sin ti, tengo el corazón roto y vivo un poco muerto y sin saber cómo creer en la vida que te da un hijo y tienes que vivir sin él. ¿Cómo voy a vivir sin ti, Shirley? Sin saber si estás bien o mal, sin saber si estás triste o contenta, sin ser yo el que te lo dé todo. ¿Cómo voy a vivir sin ti? Quiero que sepas que intentaré ser fuerte y seguir aprendiendo y que aquí te prometo que si logras estar en el cuadro de honor, dentro de 5 años te haré el regalo que tú quieras, algo muy grande. Te prometo y te juro que, si está en mi mano, esas 2 semanas de vacaciones que tendrás en diciembre intentaré pasarlas SIEMPRE contigo. Sé que no será suficiente, pero  ¿qué puedo hacer si no intentar cumplirte? Me harás falta porque somos el padre y la hija perfecta. Estamos hechos para ser padre e hija, para darte a conocer la vida tal y como es, con todas sus cosas buenas y con todo lo malo. Yo quiero darte la libertad que no tienes, quiero ayudarte a vivir y que sobrevivas en este mundo con la ilusión de tener lo mejor. Espérame Shirley, tú eres mi razón para seguir vivo. Sólo tú eres mi razón. Eres la hija que siempre quise tener y aquí hallé.



Ay Miriam. Te recuerdo aquella mañana en que llegaste con Dilcia y Glendy. Tus malas miradas, tus antipatías, tu cara de enfado, tus ojos tristes, todo lo malo que tenías al inicio. Incluso tu aire de Lolita, niña mala pero provocadora, que se creía Diva. Y llegó tu suspensión, que coincidió además de nuestro flechazo. Cuando comenzabas a ser una niña normal y yo me daba cuenta de que podrías ser muy buena. Desde entonces el amor no ha hecho más que aumentar hasta un límite en que no logro imaginar aquel lugar sin tus abrazos y tus palabras, sin tus caricias. No olvidaré jamás la visita a tu aldea, Lámparas, y cómo no te separabas de tu hermano Franklin y el amor y devoción hacia tu madre. Recuerdo incluso cuando, locamente y sin pensar me pediste matrimonio. La ternura que me provocas y como me ha conquistado tu inocencia hasta el punto de quererte como una hija más y pagarte, de momento, 6 meses de tus estudios, un sacrificio sobrehumano para mí pero que entre eso, y mi corazón, es lo que te puedo ofrecer para toda la vida, esperando que no te olvida des mí lo suficiente como para dejar de quererme, porque yo a ti siempre te querré.

Éricka, ¿De dónde viniste? Si ni tan siquiera me di cuenta de tu presencia hasta que te llamaron en la cancha varias veces para entregar unas camisas al equipo de fútbol de la tierra. Antes eras sólo una niña más. Hoy eres una niña a la que su padre abandonó hace 11 años, dejando a tu madre sola, con unos hermanos que son una piña, una madre sufrida. La mirada más bella que he conocido, la inteligencia sublime y tantas bromas hechas. Lastimo la falta de experiencias juntos pero ahí están las bromas, las sinceridades, las miradas, las sonrisas, y las ganas de tener algo más. Yo te deseo de verdad toda la suerte que creo que te mereces y tengo que decirte que te adoro, que te quiero muchísimo y que ojalá pudiera ayudarte a que te conviertas en esa mujer que se intuye que será fantástica, ojalá que puedas salir de Brisas hasta un lugar mejor.

Patojos imberbes, os amo hasta el infinito de una manera y forma en que jamás podréis siquiera imaginar. Mi amor es tan infinito como el basto universo. No sé, ni tan siquiera me puedo hacer una idea de cómo podré sobrevivir sin vuestra compañía, sin vuestra presencia. ¿Cómo me voy a desprender de ustedes si me habéis dado todo aquello que he buscado de la vida: amor. Cuando amas a mi manera y tienes que desprenderte te das cuenta de que estás viviendo como nunca pero que nunca has tenido tantos problemas porque debes hacerte a la idea de vivir sin las personas que te dan vida.




Al filo de lo imposible

Me hallo desesperado entre la espada y la pared y casi sin capacidad para reinventar o inventar nada en mi vida. En breve, en muy poco tiempo voy a tener que desprenderme de lo más sagrado para mí, de aquello que me ha devuelto la vida. De aquello que me ha dado TODO el sentido de una nueva vida que no encuentro. No podéis siquiera imaginar el grado de desesperación que tengo en estos momentos. Me planteo todo lo malo que un ser humano puede llegar a ser porque no entiendo, desde Guatemala, le inmensa e insondable injusticia que azota esta vida mía. No quiero perder a las personas que mas he amado. Personas que probablemente vayan a pasar por un infierno silencioso, personas que me necesitan y que no puedo ni sé cómo ayudar. Si existe Dios, si el Universo conspira algo para mí, deseo que sea ahora porque de lo contrario no acabaría por entender nada de esta vida. ¿De qué sirve saber tanto, conocer tanto, viajar tanto si al final, en el momento de la verdad, tienes que abandonarlos? Lo amo. Amo a Éricka, Shirley, Miriam, Glendy, Gladys, Miriam, Víctor, David, Christian, Erick Alejandro. Y se van a quedar sin red ni paracaídas. Igual que yo. Estoy sumido en una  tristeza y en un pesar tan hondo como la infinidad del universo. No entiendo nada y necesito ese clavo ardiendo para dar sentido a una vida que, sin todos ellos, no la tiene. Yo sólo puedo, pero no quiero, es mi adultez, mi madurez que los pide y los necesita para dar de mí este amor que me sobra a espuertas. No soy capaz de comunicar mis verdaderas emociones y pensamientos. Estoy en un callejón sin salida. Y nadie puede ayudarme salvo yo. O hay milagro, o este será mi final y con el mío, el de todos mis “hijos” que dependen de mí.