Del amor y otros desencuentros

Hace un par de semanas leí esto en un blog:
¿Por qué nos enamoramos de una determinada persona y no de otra? Innumerables investigaciones psicológicas demuestran lo decisivo de los recuerdos infantiles -conscientes e inconscientes-. La llamada teoría de la correspondencia puede resumirse en la frase: ‘cada cual busca la pareja que cree merecer’. Parece ser que antes de que una persona se fije en otra ya ha construido un mapa mental, un molde completo de circuitos cerebrales que determinan lo que le hará enamorarse de una persona y no de otra. El sexólogo John Money considera que antes de que el verdadero amor llame a nuestra puerta el sujeto ya ha elaborado los rasgos esenciales de la persona ideal a quien amar. La química del amor es una expresión acertada. En la cascada de reacciones emocionales hay electricidad (descargas neuronales) y hay química (hormonas y otras sustancias que participan). Ellas son las que hacen que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y ellas son las que explican buena parte de los signos del enamoramiento”.
Fuente: http://yoenmayusculas.blogspot.com.es/

Yo creo que es una explicación factible y buena para los desencuentros y desengaños amorosos. Sí, ya sé que hay una corriente generalizada del 99,9% que cree que explicar el amor es absurdo, pero pensemos. ¿Acaso no somos seres racionales? ¿Acaso la ciencia no ha logrado explicarlo absolutamente “casi” todo? El amor es cuestión de hormonas liberadas, de educación y de otras muchas cosas. Quiero creer esto porque de lo contrario la vehemencia y la irracionalidad nos llevarían por un camino tortuoso y enfermizo. Claro, hay cosas que no se pueden controlar y no voy a engañar, en el fondo yo no creo en estas explicaciones explícitas, pero reconozco su racionalidad, su certeza, su empirismo, pero es difícil, por no decir más, controlar algo que no está hecho para ser controlado por mucha ciencia que tenga detrás.

Dicho esto, creo abiertamente que no estoy hecho para estar en pareja. Creo que estoy en otro escalón, del que ya se sabe bien solo. Incluso reconozco que tengo un bloqueo sexual que me impide hacer el amor, pero lo veo como algo natural, no como algo tachable o como algo a extirpar. Creo que soy un tío genial, que valgo muchísimo, incluso que follo bien. Creo que mi independencia me hace más especial que si fuera acólito de sentimientos que, objetivamente, nadie sentirá hacia mí. Admiro a personas que logran sentirlo. Creo que ya superé la cota del enamoramiento. Me pueden intentar llevar por muchos caminos, pero difícilmente hoy tomaría decisiones en función de una persona o el amor porque no sólo no estoy enamorado, sino que creo que nunca más lo volveré a estar, al menos no más de lo que lo estoy de las tres mujeres que más me han marcado en mi vida. Ellas no lo sabrán nunca, pero ese amor será eterno, y será guardado con sumo celo. Creo que debo asumir que la ciencia más compleja es la del amor, el de las mujeres, o para ser exactos, el paradigma sociológico que impide a las mujeres sentir algo real hacia mí, cuando asuma eso, mi vida será dichosa y feliz.

Y claro, por supuesto que necesito cariño, mimos, amor, que me suban el ego, incluso por qué no, sexo. Pero ¿qué voy a hacer? ¿Rogarlo? ¿Pagarlo? No, tengo orgullo y dignidad. Con 31 años creo que he hecho mucho para que me quieran, lo he hecho con hechos y palabras, lo he hecho cuando debía y cuando no debía. Y mi amor ha caído en saco roto, porque cuando entregas algo a alguien, y ese alguien se va, se lleva esa parte de ti. Dicho esto, es lógico que no tenga nada más para amar porque ya se han llevado de mí todo lo bueno, todo.  Y como le decía a mi amigo, ‘El más sabio’ (y el único ser humano de Canarias que me escribe no ya semanalmente, sino a diario, el único que siento que me echa de menos), estoy en un punto en el que necesito irme de España, del mundo occidental, de esta sociedad que ya nada me aporta, para el que soy un desecho, por mucho estudio, licenciatura, máster, o cultura que tenga. Me doy cuenta al hablar con alguien que no está metido en mi “trajín”, que soy un bicho raro, que hablar de lo que yo estudio es ser un rara vis. Lo digo muy en serio. Me gustaría decirle al ser racional que escribe esto, que cuando el ser vehemente y sentimental se pasee por ahí, le recuerde estas palabras y le haga entrar en vereda ya que no hay nadie (salvo el ya mencionado amigo), que me ayude a encontrarme cuando me pierdo o divago.



2 comentarios:

  1. No sé como lo harás pero leyéndote haces que se me remueva algo por dentro. Me encanta como escribes y como te expresas. Verdaderamente no se si yo escribo bien mis relatos o mis cortos, solo se que ojalá aprendiera a sacar en forma de palabras lo que guardo dentro de mí. Un abrazo!!

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  2. Danni. Gracias!! Pero no es nada excepcional lo que aquí ves y bueno, esto no es un relato ni nada de eso, probablemente sea mucho más complicado escribir relatos. Y bueno, como todo, esto es a base de practicar y hacerlo mucho.

    Cé. 1: Chica sabia. 2: Yo y mi búsqueda de las respuesta a todo.

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