Y vivir. Simplemente vivir. En un ambiente cansino, sin ganas. Conoces perfectamente cómo funciona todo el sistema. El dinero, las personas, el trabajo, la sociedad, el mundo… No lo sabes todo a fondo, pero lo suficiente para estar hastiado. Lo suficiente como para estar deprimido por saberte reo de los caminos que te marca el mundo en general, otras limitaciones de tu cuerpo en particular. Tu cabeza ha recorrido caminos que pensaba que no iba a ser capaz de recorrer. Has estado en el fondo de lo más lóbrego. Has visto y sentido el solecito en pleno estío. Te sientes tan resabido de todo que nada sorprende. Entiendes lo que el destino te quiere decir. Deseas algo, preguntas algo y el Universo te lo da. Sin embargo sabes bien lo que el destino, el Universo o cualquiera que sea la fuerza dominadora de todo te quiere decir. Sabes perfectamente lo que no vas a conseguir nunca aunque lo desees con todas tus fuerzas. La vida va a ser fútil. Nada de lo que hagas te va a ser sentir esas cosas que otrora lograste sentir de forma efímera. Entiendes que tú eres uno más en el mundo, que eres otro ser humano más. Que no pasarás a la historia por nada en particular. Que tu legado no será dado ni otorgado a nadie. Es entonces cuando quieres volver a nacer con todo lo aprendido a lo largo de los años. Pero hasta eso es imposible. Sólo quiero dormir como nunca lo he hecho. Dejar que pase el tiempo porque has sido uno de esos extraños seres que ha vivido demasiado deprisa, pero no le ha servido de nada.
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