Hola X
Te voy a escribir o intentar al menos, todo lo que he imaginado que te
contaría estando conmigo en mi viaje. Verás, se me cumplía el plazo de los 90
días de estancia en Guatemala y pensaba en ir y regresar rápido, un viaje “relámpago”
a Belice y regresar en 2 días, uno para ir y otro para volver. Todo estaba así
planeado porque ahora hay muy pocos voluntarios y los maestros están trabajando
más aún de lo que ya lo hacen, así que me salida fue del todo inoportuna, pero
necesaria y además con mi intención de regresar pronto. Eso parece que ocurrió
hace una semana y sólo hace tres días. Bárbaro. Llegué por la tarde a Petén. Ya
te hablaré de este departamento, que espectacular en casi todos los aspectos. Llegué
a Petén de noche pero ya supe lo que iba a ser el viaje. Paró la policía al
autobús y al que agarraron fue a mí. Me pidieron la documentación pero la tenía
en la mochila, que estaba en la maleta del bus. Salí a buscarla pero no la
encontraba porque los capullos aquellos la había medio perdido y el policía se
puso nervioso y fue a por mí. Los del autobús se pusieron a buscar la mochila,
la encontraron y me preguntaron dónde tenía el pasaporte, uno de ellos lo sacó
(y aprovechó para revisar y quitarme 10 euros). Después de 10 minutos de
tensión me dejaron subir en paz…y temblando. A la mañana siguiente de mi
llegada, como a las 7 de la mañana, salí hacia el puesto fronterizo de
Guatemala llamado Melchor de Mencos. Ya había hecho esto una vez más. Belice
para que te hagas una idea es como una mezcla entre Jamaica, Estados Unidos y
Burkina Faso.
El caso es que cruzar una frontera terrestre a pie es el paradigma
loco de un geógrafo friki –no es mi caso…no del todo al menos-. No tuve
problemas para la salida pero al intentar entrar en Belice, me detuvieron.
Literalmente me detuvieron. Por si no lo sabes, tengo un problema con la
autoridad: no sé mentir. En la ONG me advierten de que no debo de decir toda la
verdad sobre esto porque es posible que tengan reticencias para sellar el
pasaporte. Y claro, yo no sabía que eso iba a ser verdad…y lo fue. En la aduana
me tuvieron retenido durante una hora. El doble beliceño de Samuel L. Jackson
era un capullo que no me dejó de mirar con cara de pedo. Claro, no le dije la
verdad, pero no le mentí del todo y al cabo de todo el rato me echó. Creo que
fue el mal menor porque yo estaba temiendo que me detuvieran o pagar un
multazo. El problema es que no me quedaba tiempo casi porque si no cruzaba la
frontera de Guatemala y me iba a otro país podría ser que no me dejaran entrar
por un tiempo a Guate o el multazo padre con sus consecuencias, claro. Me tuve
que regresar a la isla de Flores, en mitad de Petén, el departamento más grande
de Guatemala y que por sus particularidades podría ser un país propio. Para que
te hagas una idea, no sé si has visto Castilla León o Castilla La Mancha, pero
imagínate esos dos paisajes, y ahora ponle sólo verde y en vez de ciudades como
Soria o Zamora, aldeas y caseríos pobres. Agarra la población de estas dos
ciudades y divídelas por 1000 o 10000 y tendrás un montón de aldeas apenas
pobladas, pobres y con un espacio casi infinito de prados, bosques, selvas,
cultivos de frutas y sobre todo mucha, mucha agua. En cada aldea hay cosas que
siempre hay: levantan iglesias o parroquias o lo están haciendo poco a poco. Yo
infiero que con lo poco que ganan y logran vender, una parte de ese dinero lo invierte
para levantarle un templo a su Dios. Yo estoy seguro de que la mayoría de estas
cosas no te sorprenderían porque eres alguien muy leído y que ha visto muchas
cosas, pero igualmente sé que verlo en persona debe sorprender. Yo creo que ya
estoy habituado a ver la pobreza de este lugar.
Hay cosas que me llaman poderosamente la atención: las personas.
Verás, no quiero parecer arrogante, xenófobo o algo de esto, pero estas
personas a veces no llegan al nivel de razonamiento “normal”. Y yo creo que en
verdad sí es normal porque ponte a pensar: trabajan de 10 a 15 horas casi sin
descanso, en muchos casos no descansan ni un solo día a la semana y en el peor
de los casos los niños tienen que chapear (cortar la vegetación con machete)
durante todo el día por un pírrico sueldo o sin sueldo. Claro, a la mayoría no
le queda tiempo para nada más que pensar sino en seguir trabajando. Aún siguen
sorprendiéndose al verme con un arete y un piercing siendo un hombre. Los niños
se me quedan mirando durante 5 minutos. Las mujeres no lo entienden y los
hombres me miran raro. Es difícil explicar esto del “razonamiento” y de esa “carencia”
pero ponle muchas comillas porque es un tema complicado de explicar en pocas
palabras. Otra cosa es el aspecto que tienen. Aquí sólo puedes discernir si es
niño, joven o viejo. Verás, en muchos casos resulta que estás viendo a una
mujer bien puesta, pero resulta que es una niña con los rasgos muy adultos. Por
ejemplo, el mejor colega que tengo aquí, aparenta unos 45-50 años, y sólo tiene
25, está muy deteriorado. Y creo que ese es el tema, se deterioran muy rápido y
crecen deprisa, es un asunto realmente interesante.
Ah sí, bueno, yo regresaba a Flores, en Petén y ya iba preocupado.
Además, cuando fui a preguntar cuánto costaba ir hasta México, al principio me
dijeron 200, por la tarde 220 y ya de noche 250. Claro, me estaban inflando el
asunto mucho pero luego averigüé por qué. Hay dos pasos fronterizos para ir a
México, uno es por Bethel, al suroeste de Petén y otro por El Ceibo, al
Noroeste del departamento. Por lo que me dijeron el precio de 200-250 quetzales
(20-25 euros), era por Bethel ya que el camino era tortuoso. Me encontré con un
chino o japonés airado porque pasó las de Caín para ir de México hasta
Guatemala porque fueron 10 horas y un paseo por lancha cruzando el río
Usumacinta (que es río-frontera) y un camino de tierra. Estaba el pobre
exaltado y aún se movía. Sin embargo, luego averigüé que ir por EL Ceibo
costaba 40 Quetzales (4 euros) y “sólo” eran cuatro horas (acabaron siendo 6
horas y media). Me tuve que levantar a las 4 y pico de la mañana para salir a
las 5 en una furgoneta-autobús. Realmente el desplazamiento en este país es
digno de documentar en vídeo o algo porque no tiene que ver con nada que tú
hayas experimentado nunca. Y luego están las estaciones de autobuses. Sólo
alguien que haya viajado a este tipo de países podría entenderlo ¿Por dónde iba? Ah sí, camino a México. Pero
claro, ponte a pensar, llegas a esa especie de “estación” y aparecen 10 hombres
a cual con peor aspecto de desaliñado diciéndote destinos: “Poptún, San Luis,
Tikal, Uxtún, Yaxhta, Guate….” Y yo iba a El Ceibo, bueno, no hasta allí, sino
al cruce El Ceibo con el Naranjo porque no había directo. Tenía que agarrar un
bus de esos, adivinar dónde estaba el cruce que me iba a llevar a la Frontera y
bajarme. Suerte tío, pura suerte. Suerte incluso cuando camino a El Naranjo
¿adivina quién apareció? La policía. ¿Y a quién crees que vieron? ¿A un narco?
¿A un ladrón? No, vieron a William y volvieron a registrar mi mochila, a
cachearme, a quitarme otros 100 quetzales y algo más que no logro recordar y
claro, en el bus iban 25 personas que llegaban tarde a trabajar y a partir de
entonces me llamaron de todo. Tras unas 5 horas me dio por preguntar y justo
cuando me levanté de la silla era el sitio. Y me dejó en mitad de la selva de
Petén, en mitad de ninguna parte con dos carreteras, una pa un lado, y otra pa
otro. Allí con 5 personas más y esperando a otra furgoneta que decía que
tardaría 5 minutos (en Guatemala 5 minutos son 20 minutos, son unos
desastricos, no tiene control del tiempo ninguno). Pues ahí tío, tirado en
mitad de la selva con un mochilón d 20 kilos (incluido el portátil). Veinte
minutos más tarde apareció el bus. El acojone fue brutal porque estaban
diciendo que estaba el ejército cerca de allí y que el día anterior habían
matado a no se quién muy cerca de allí. Después del problema con Belice andaba
ya rezando para no tener problemas.
El Ceibo para que te hagas una idea, es un nido de chabolas,
sucio con un gran mercado negro de uno y
otro lado. Finalmente crucé al cabo de una hora, pero los mexicanos también se
pusieron idiotas. Me tuvieron que revisar 2 veces las maletas y hacerme
preguntas. Así entré a los “Estados Unidos Mexicanos”. Luego me tocó esperar
una hora el autobús al pueblo mexicano más cercano llamado Tenosique, que
estaba a una hora. Pero allí mismo lo que había era un montón de mexicanos
cumpliendo sus tópicos que parecía aquello un chiste. Imagínate que llegas a
España y lo primero que haces cuando sales de un autobús es ver una corrida de
toros y todas las mujeres vestidas de flamencas. Pues los estereotipos
mexicanos son 100% ciertos. Mal hablados, vagos, sucios, escuchando música
típica a todo dar y con la jerga que medio mundo conoce. Lo peor era el aspecto
de ladrones y vagabundos que tenían, mascando el palito para quitarte la comida
de los dientes y sucios. Lo peor estaba por llegar. Un tío le pidió que le
dejara subir al autobús pero el chófer no le dejaba porque tenía droga, no sé
exactamente qué tipo pero el conductor le dijo que sólo podía subir una
cantidad porque si subía con más y le pillaban, le quitaban a él el autobús y
todos los de dentro iban a la comisaría. Imagínate la situación tío. Cruzar una
frontera terrestre no es ninguna tontería para mí, aún recuerdo lo que me costó
cruzar la frontera de Estados Unidos, que casi no me dejan entrar. El único
lugar donde no he tenido problemas fue al cruzar la frontera con Honduras…qué
majos fueron. Pues ponte ahí, conmigo, en aquel bus….viejo y destartalado, por
supuesto, con un tío con un pepino ahí y al final el conductor le dejó entrar.
Yo pensaba: “bah, no será para tanto, seguro que exageró”. Joder, la hostia,
pues 10 minutos después no pasamos por un campamento militar y paró al autobús.
Cállate tío, menuda movida cuando se subió el militar con todo su armamento. Yo
pensaba: bueno, aquí se acabó todo muchachos, William se nos va a una anónima
cárcel mexicana. Pues el militar este se subió y estuvo como 15 minutos
hablando y buscando de todo y sabes a quién encontró? A un español con una
mochila único sospechoso del delito. Y yo pensando: “a ver si el tipo este me
metió droga en la mochila y ya es el acabose” El tío se fijó en mi mochila y me
hizo sacar todo, hasta los calzoncillos. Pero lo peor fue cuando me obligó a
bajar del autobús para cachearme y agarrar 100 quetzales de mi cartera. ¿Cómo
te pareció el tema? Yo me río ahora pero la hostia tío. Me sentí un poco Román
Morales en Buscando el Sur, con mis respetos hacia él, su causa fue más honrosa
que la mía…o no, que coño, que yo estoy aquí por una ONG y él por gusto. Yo soy
un héroe joder. Mi propio héroe, aunque suene mal.
Bueno, después de cagarme en los pantalones y ponérseme los testículos
como una corbata con nudo apretadísimo, regresé al autobús. Después de una hora llegué a Tenosique pero no
sin antes toparme de frente con mis amigos los militares armadísimos hasta los
dientes que me volvieron a pedir la documentación y tener unos 20 minutos
mirándome como si fuera guerrillero. Tengo que decirte que mi aspecto no invita
precisamente a la confianza. Eso puede parecer malo pero si piensas bien, eso
me permite ir por la calle alejado de los ladrones que me ven como si no
tuviera un chavo, y llevo todo el dinero en mi bolsillo. Las cosas en México no
pudieron ir peor. Cuando abrí la computadora, tenía el programa BitTorrent
abierto y descargando cosas, y estaba navegando por internet y me sale un
banner de estos de sexo, y al cabo d 10 minutos me sale una pantalla del
gobierno mexicano diciendo que habían bloqueado mi ordenador y que dentro de 48
horas iban a ir a mi domicilió y no sé qué más y que tenía que pagar un multote
increíble de taitantos mil pesos por violar los derechos de descarga y
pornografía y no sé qué más. Desde entonces cada vez que escuchaba un ruido
pensaba que era la policía mexicana que me iba a arrestar. ¡¡¡Una paranoia!!! Y
yo pensando en mi novia y en mis 200 “hijos” (los de la ONG) y pensando que no
regresaría. Para que no me agarraran salí del hotel y primero fui al consulado
guatemalteco a ver si me pondrían problemas para regresar (me dijeron que no,
¿tú qué crees que habrá pasado?). Me entré a un supermercado-centro comercial
para comprar agua y flipé. ¿Tú sabes cuánto tiempo llevo sin ver un
supermercado de verdad? Pues más o menos desde hace 9 meses. Cuando vi unos
calzoncillos casi lloro. Me compré 3 calzoncillos, y al ver unas hojillas de
afeitar buenas también me las compré. Para que te hagas una idea, yo tardo una
hora en afeitarme porque mi hojilla es de hace 10 meses y está oxidada y además
me echo jabón de pastilla para el cuerpo y me afeito sin espejo.
Realmente me he acostumbrado a vivir sin apenas nada. Me tuve que ir
de aquel lugar porque estuve media hora mirando todo lo que tenían allí.
Agarraba algo por inercia pero luego decía: ¿por qué he agarrado esto? Es
flipante lo que hace la cabeza. Y todo es por el consumo. Claro, ¿allá en Río
Dulce qué voy a consumir? Si está lo básico, compro pasta, salsas, agua y
alguna tontería pero nada de lujos. Para que te hagas una idea, la ropa que
gasto es mitad de Guatemala, mitad de Honduras, y aquí en Guate hay un lugar
llamado La Paca que te sale toda la ropa entre 0.7 y 1.10 euros (7 u 11
Quetzales) La mayoría es una bazofia de ropa, pero te puedes encontrar camisas
de fútbol americano, alguna de marca perdida o una que tengo de kukuxumuxu,
porque estos no saben de marcas salvo Nike o Adidas y ven esas marcas y piensan
que no valen nada, y resulta que esas camisas allá en España pueden costar
entre 15 y 30 euros (150-300 quetzales). Bueno, desconsolado por mi dormido
consumismo salí de allí. NO tenía nada claro si regresar a Guate o seguir en
Tenosique. Me desperté a las 5 de la madrugada y me dije: “No puedo seguir con
esta preocupación, no puedo ni dormir en paz”. Pensé que ya que llevaba 2 días
de aventura, ¿para qué alargar un mal desenlace? Me decidí a cruzar la
frontera. MI preocupación era porque existe una especie de “leyenda” que dice
que tienes que estar 3 días al menos en México para que te sellen el pasaporte
en ambos lados. El acojone mío era brutal. Amo a este país, a estos niños y a
mi novia e irme sin despedirme y súbitamente era una opción real. Lo vi de
cerca.
Cuando volví a entrar a Guatemala
tuve problemas en la aduana de Guatemala. Me retuvieron otra hora más
por problemas. No entendían por qué quería entrar otra vez a Guatemala y me
sellaron mal el pasaporte –que está sucio y hecho mierda de tanto uso y tanto
sello –unos 16 o 18 sellos tiene ya-. Bueno, y tocaba la vuelta. Sin saber
horarios ni buses ni nada, me las ingenié para cambiar las perras (pesos por
quetzales en estafa total y mercadeo negro que parecía un drogata buscando
farlopa) y luego encontré el bus e hicimos el trato que, curiosamente fue más
barato que en la ida y esta vez me llevaron directo. El viaje de regreso fue
sobre todo divertido. Ya me he acostumbrado a que los chóferes hagan scrachts
de rallys pero el de hoy fue brutal. El tío iba a 120 y se pegaba los frenazos
que ni un piloto de rallys. Fue divertido todo aquello. Sobre todo porque ya
estaba relajado. Al llegar de nuevo a Flores todo fue super tranquilo salvo
porque me fui a un hostal de 25 quetzales (2.5 euros) que era una casa
destruida y yo pensé: “Guau, auténtico” pero no tenía papel de baño, ni wi-fi
ni electricidad. Le pedí que me devolviera el pago y me vine al tradicional
sitio cuando vengo, que cuesta el doble, pero para mí es el mejor.
La geografía de las fronteras terrestres es digno de observación, te
lo digo en serio, no tiene nada que ver con nada que yo haya visto antes. Es
algo interesante. El peligro está ahí, recuerda cuando te conté que cuando
crucé hacia Belice en diciembre atravesé un tiroteo que llegaron balas al
autobús. Desde luego que tengo un Guarda que me cuida porque de lo contrario yo
hace tiempo estaría muerto o en la cárcel. Si alguna vez no te doy señales de
vida, ni aunque fuera una palabra, vete sospechando porque supongo y sé que no
siempre voy a tener tanta suerte.
Si me pongo a pensar en todo lo que estoy haciendo, ahora en serio, me
alucina mucho. No tengo tiempo de pensarlo mucho, pero tío, hago todo esto yo
solo, me aventuro de madrugada por calles de ciudades de dudable estima,
atravieso controles militares, hombres con metralletas y recortadas. Ya sé lo
que es el sonido de los disparos. Si estuviera en un banco o sofá de España y
pensara en todo esto, diría que perdí del todo la cabeza, pero sin pensarlo o
pensando un poco, y ahora aquí, entre nosotros nunca jamás me sentiré más
orgulloso de mi mismo como ahora. Creo que la vida, vivir, al menos así como
estoy, es el mejor homenaje que nadie me puede hacer, yo mismo me pongo a
pensar. Amo a esas criaturas, que parece que soy yo el que hace algo, pero
encuentro mucha reciprocidad en todo. Tío, soy maestro de casi 200 niños,
poniéndoles notas, enseñándoles cosas importantísimas, puedo dar mi legado a
niños con los que paso la mayor parte del tiempo. Yo sé que para ellos yo seré
uno más, pero hoy me puse a practicar y me sé el nombre de 185 de los 196 niños
que hay y de todos te podría contar historias. Esta experiencia es lo mejor que
me ha pasado en la vida y lo mejor es que sé que aún puedo aprender y mejorar
mucho más. Estas criaturas me hacen sentir especial. Pagaría literalmente por
llevarme a una docena de estos niños conmigo. Sería feliz si tuviera hijos como
ellos. Son diferentes pero hay algo en ellos que es inefable. Desde la primera
vez que tuve que limpiarle el popó durante media hora a Manuel (niño de 5
añitos), hasta cuando ayudé a Daniel Estuardo a tranquilizarse cuando tuvo
sarna o cada vez que los de 4º, 5º ó 6º me vienen a mí para ayudarles a hacer
su tarea hay un recorrido de mucho trabajo. Amo en la persona en la que me he
convertido. Aquí soy alguien importante, aquí puedo hacer cosas. Y no tengo trabas
del tipo consumismo o aspecto estético. Pasan meses hasta que me miro en un
espejo pero ni me preocupa. Aquí las mujeres son muy naturales, será raro que
veas a una mujer maquillada. Tienen un estilo muy sobrio, pelo largo, muy
largo, hasta el trasero cuando se lo sueltan, pero la mayor parte del tiempo lo
tienen atado en coletas. Aquí no sé, creo que si estuviera como antes, es
decir, todo el rato trabajando en la computadora, creo que sentiría que estaría
perdiendo el tiempo. No soporto estar mucho rato en frente de la computadora,
me siento mal. Y me siento mal cuando estoy como estuve en Tenosique (México)
comprando cosas porque pienso que eso que gasto para mí, lo puedo invertir en
algo para niños (fruta o lo que sea). Venir a Guatemala, es, de largo y por
muchísimo, lo mejor que he podido hacer en mis 32 años. Y no hubiera llegado
aquí de no ser por mi carrera, por la Geografía. Hay muchas cosas que gracias
al destino. Y otra cosa te diré, mi chica, mi novia, es una mujer que me hace
muy feliz, me hace aún mejor persona y creo que soy una versión mejorada de
quién era. No tenemos una relación de dos seres atados, somos muy
independientes y por eso la amo más cada día, porque se parece bastante a la
relación que he tenido querer, queriéndonos, pero sin atarnos. No me preocupo
de nada que no sea realmente importante, no me preocupo de las maldades
cotidianas ni de cuestiones banas y sin importancia. Lo importante son las
cosas básicas: comer, dar cariño, comprensión, dar todo lo que puedas de ti,
ayudar, ayudar y ayudar siempre y claro, aprender porque nunca estamos exentos
de seguir aprendiendo. Quien no se acuerda de ti, quien no te hace bien, mejor
olvidarlo y obviarlo, eso crea basura interior. Este viaje, que espero que
acabe con final feliz, ya me cambió la vida, lo que queda atrás, sólo es pasado
y es una página que no quiero ni volver a leer. Tenerife queda para mí en otro
espacio temporal. Espero no tener que regresar. Yo ahora visualizo y tengo unas
poderosas ganas de encontrar trabajo aquí, en México, Estados Unidos o en mitad
del Atlántico en un barco, me da igual, quiero tener dinero porque anhelo
apadrinar a unos cuantos niños, ayudarlos en sus estudios y poder seguir
dándome una oportunidad con mi novia. ¿Sabes incluso lo que he pensado? Me
gustaría imitar a Thoreau, me gustaría irme al bosque y hacerme mi propia casa.
Irme con un hacha y un machete, y hacer mi territorio, también cultivar algo
para hacer mi comida. La tierra me llama, no sé nada de estas cosas y creo que
en general tengo poca fuerza y soy muy pusilánime, pero la tierra me llama cada
vez más para acabar allí, con mis ahorrillos y viviendo sin problemas de
dinero, pero en un ambiente bucólico, tranquilo, sin mogollones y alejado de
toda clase de estructuras sociales banales que habitan normalmente en el mundo
desarrollado.
Y lo de los mayas. Eso es algo que de verdad, tú estás aquí conmigo
porque no conozco a nadie que pueda valorar estas cosas más que tú. Hay tantos
detalles, tantas cosas que habrían que contar y aprender de este mundo maya, se
respira esto a cada paso porque tío…¡¡¡Están hablando un idioma que tiene más
años que cualquiera de las civilizaciones e imperios europeos!!!
X, como siempre te digo, tú eres uno de las 2 únicas personas que
siempre están pendientes de mí (la otra es mi hermana), y para mí es un orgullo
que viajes conmigo, en mi cabeza, sabiendo, como sé, que alguien sabio como tú
sería capaz de entender todo este recorrido humano y sentido.
Antes de volver a pasar un periodo de aislamiento por mucho tiempo
quiero que te quedes con esto que, mientras regresaba a Río Dulce, estuve
pensando:
-Hace mucho que la experiencia Centro Americana- Guatemalteca sobrepasó
cualquier experiencia previa que haya tenido.
-Nací en Venezuela, crecí y me crié en España pero me he hecho adulto
en Guatemala.
-Normalmente hace tanto calor y humedad que la parte del cuerpo que más
trabaja son los poros de la piel que exudan todo el líquido hasta la
deshidratación. Cuando tomas líquido, tardo apenas unos pocos segundos en sudar
hasta casi la deshidratación.
-Subir a un autobús público guatemalteco es aventurarse a toda suerte de
cosas que habitualmente no encontrarás en otro país.
-Le meteorología aquí es salvaje. Por primera vez en mi vida he visto
rayos a plena luz del día y he escuchado tronar a unos pocas decenas de metros.
Por primera vez he sentido la violencia de la naturaleza y he sentido verdadero
miedo a ser alcanzado por un rayo. El calor es tórrido, la lluvia imponente.
-He pensado un poco en esta experiencia vital y he resuelto que en el
mundo estoy más solo de lo que pensaba. Yo lo que más pretendía es no dar un
paso a solas y no echar de menos siempre a alguien. Cuando cruzo una frontera,
cuando duermo por las noches, cuando voy a cualquier lugar siempre estoy
físicamente solo. Eso no ha cambiado. He cambiado la aceptación del hecho como
algo normal, que no es ninguna tragedia, ni nada malo, pero no ha cambiado la
sensación de que me hace falta no estar solo.
Gracias por tus mensajes, echaba mucho de menos este
intercambio de mails. Me recuerda al pasado, cuando estaba en Alicante y nos
enviábamos decenas de mails al día. Me alegro sobre todo porque te noto mejor y
eso es realmente lo que importa.
Te quiero X. Sueño con que pronto se hará realidad el sueño de
tener un trabajo remunerado y que podré pagarte un pasaje a América y vendrás a
visitarme y yo seré un hombre feliz porque mi mejor y casi único amigo en
España estará conmigo. Sé que dentro de poco tendré fortuna. Tengo esa
determinación y lo conseguiré, no sé cómo, pero lo conseguiré.
Cuídate mucho tío, y esto no es un formalismo, CUÍDATE MUCHO esa salud y
no te olvides de mí que yo NUNCA me olvido de tí. Te envío un
saludo muy feliz desde la Isla de Flores, en Guatemala. Tu amigo que no te
olvida:
William