Un libro, un camino


Anoche caminé durante dos horas hacia mi casa. Anoche le vi los ojos al destino, al universo. Dos minis rojos, un bolígrafo, una canción, una ciudad en una persona, un fantasma en la gran ciudad. No supe leer o escuchar lo que me decía. Necesito una respuesta.

Hay otras vidas. Unas muy vividas, geniales, viajadas. Las hay de todo tipo. Más, últimamente sólo puedo vivir mi vida pasada, no la actual. No tengo vida, ¡¡NO HAY VIDA!! La he entregado por completo a mi carrera, he soslayado todos los problemas mirando a mis estudios. Pero los problemas siguen estando ahí.

Necesito salir fuera de mí. Necesito despertar y saber qué hacer, cómo hacerlo. Necesito alejarme del mundo para llegar con ánimo, con tranquilidad. Necesito salir de esta trampa mortal. Ahora que tengo días por delante éstos se me hacen eternos, los objetivos son invisibles. ¿Qué es lo que está pasando? 

Sólo se me ocurre huir, salir corriendo cuando la hoja está en blanco, cuando el cronómetro se pone a cero.
Quiero que el tiempo pase a cámara lenta. Observar una mirada a una milésima de segundo. Necesito observar unos ojos, unos labios, un andar. Quiero recorrer con mis manos la energía que, desde el astro rey, llega. He visto la beldad del sol en el mismo océano. Quiero ser blando, tierno, sereno, que la cabeza se columpie. Una conversación sin palabras, con miradas, con sensaciones gemelas, sentimientos mirándose al espejo. Ver las estrellas de la noche en pleno día.

¿Qué es lo que me decía el destino? ¿Qué quería? Necesito una penillanura en este andar. No me cuesta nada pedir perdón, disculparme, pero necesito decir la verdad. Decir que me he sentido terriblemente dolido por algunas personas. Que he vuelto a ver a personas de años atrás y me ha costado entender su desprendimiento. Necesito que la vida cobre sentido, que la vida tenga un aliciente. Este es mi fin de año, éste es mi final de ciclo, mi final de camino. Pensaba que no tendría dudas, que no tendría miedo. Más, no sólo no es así, sino que dudo hasta de si el sueño es real y lo real es un sueño. Estoy bastante hastiado de vivir en un zigzagueo constante, de no ver el camino, de inventármelo, de creerme mis mentiras y vivir la vida engañándome. Quiero llegar a la verdad absoluta, en la que ahondaba Thoreau. Me urge reinventarme.

Quizá me vaya durante un tiempo lejos de mi casa, de las nuevas tecnologías, sólo una mochila, mis pies y me enhebre la naturaleza, la más salvaje que conozco. No lo sé. Lo que me gustaría, lo que realmente necesito recuperar es el optimismo, volver a enamorarme de forma segura, sin miedos, sin temor de que no haya agua en el océano. Necesito y quiero viajar a los terrenos donde sé que soy el mejor: el amor. Ese continente que está tan alejado de mí. Quiero respirar el positivo, que lo malo quede en el pretérito muy imperfecto. Que el sueño de la vida mejor sea real, o comenzar a soñar con algo y alguien que me de alas. Quiero querer y que me quieran. Sobre todo necesito esto último. Necesito dejar de estar en casa haciendo cosas que objetivamente no me sirven para crecer, dejar de ser una rata de biblioteca…

Quiero volver a entusiasmarme. Quiero…. Que hasta la música vuelva a entrar por la ventana. No sentir que ya está todo hecho. ¿Estaré pidiendo demasiado? Pido que esta vida no sea estar más tiempo solo que acompañado. Que mi casa sea un hogar y tener alguien más por quien luchar además de por mí. Alguien que, cuando esté enfermo, cuando necesite un beso, una alegría, esté conmigo…y poder ser yo, poder formar parte de su vida, que yo sea uno de los dos protagonistas de su libro, quiero dejar de ser una hoja o un capítulo en la vida de los demás. Quiero que su libro y mi libro, sean dos tomos de una misma novela con final feliz.


Propuestas para un mundo dormido

"Consiste en hacerlo a fuego lento, poco a poco, invirtiendo en caricias y quemar;
las ganas de encontrarlo hay ciertas cosas que se encuentran sólo cuando dejas de buscar.

Consiste en ignorar las instrucciones, en lograr la suma exacta entre la piel y la razón.
Consiste en no vaciarse y que funcione; no se si te has dado cuenta, estoy hablando del amor.
Consiste en que vean los Ministros las preguntas que nos corren por debajo de la piel
Habrá que insultar a los notarios por ganar en un minuto lo que muchos en un mes

Consiste en que la sangre se te incendie cuando el Parlamento acceda y limpie el culo al capital
Consiste en sospechar del presidente; no se si te has dado cuenta estoy hablando de cambiar

Y... consiste en dejar que el amor haga ruido en las plazas;
en golpear a la desigualdad con el puño en la cara.
Y... consiste en bajarse del tren aunque tengas que marchar;
no es lo mismo un mundo que corre que un mundo que avanza.

Consiste en que no demos ni un respiro a quien manche los establos, a quien no muestre piedad,
pero antes de juzgar ser compasivo porque no hay un ser humano que no tenga oscuridad.
Consiste en no aceptar muchos consejos en bajar los escalones otra vez de tres en tres.
Consiste en ser más niños, al ser más viejos, no sé si te has dado cuenta, estoy hablando de crecer

Y... consiste en dejar que el amor haga ruido en las plazas;
en golpear a la desigualdad con el puño en la cara.
Y... consiste en bajarse del tren aunque tengas que marchar;
no es lo mismo un mundo que corre que un mundo que avanza."

MARWAN

Amores y frustraciones


Tengo un blog de geografía y uno de música así que supongo que tendré que darle uso más frecuente al de las cuestiones vitales. Y la verdad es que raro es cuando no le estoy dando vueltas a algo. Lo hago porque me gusta recrearme, vivir lo más despacito en esta vida loca, loca, loca. Muy recientemente fui con unos compañeros de teatro a un karaoke. Era la segunda vez en la vida que iba a uno. Me di el gustazo de cantar dos temazos de mis dioses musicales –los Besatles-, y el cachondeo de siempre de Pimpinela. Pero cuestiones esas aparte, al lugar al que fui con mis compañeros de teatro fue un poco…la verdad es que la noche fue frustrante. Allí comenzó a bailar una chica. Yo, la verdad, tengo un pequeño ‘defecto’ –aunque no es un defecto, estoy exagerándolo-; y es que cuando veo a una chica bailar bien me quedo embobado. Es algo así como un baile de feromonas, un baile de cortejo, hablando burdamente, que hace que me “enamore” por un aspecto sentimentalmente nada objetivo –si puede existir la objetividad en esto de los sentimientos-. Aquella chica bailaba francamente bien… bueno, lo hacía sublime y además lo hacía en ese estilo de música que tantos quebraderos de cabeza me ha dado toda la vida, aquel que desde pequeño me han inculcado, el que por desgracia bailo tan bien pero no logro bailar con ninguna fémina por vergüenza o bloqueo mental. Bueno, me he ido por las ramas… ¿por dónde iba? Ah, si, que me pasé parte de la noche observando la forma de bailar de aquella chiquilla que literalmente me volvió loco. Sin embargo, al acabar la noche me sentí muy frustrado porque no había sido capaz de sacarla a bailar –nada nuevo, por otra parte-.

Pero, ¿y a qué viene esta tontería? Pues una introducción de algo que sé de una forma cierta al ciento por ciento. En realidad son dos cosas:
-Sé perfectamente cuando una mujer no sólo no va a tener nada conmigo sino que nunca lograré conocer, entablar cualquier contacto social, o, si llega éste, ningún contacto o ligazón sentimental. Sé perfectamente que no vamos a transgredir ninguna norma escrita de sentimientos. Lo sé tan bien que me provoca una gran e indescriptible frustración, ergo, soy un frustrado de la vida. Pues sí, no lo neguemos. Se me han resistido tantas mujeres… he sido tan incapaz de hablar con una chica o cuando lo he hecho me han dado tantas calabazas, que la futilidad es absoluta.
-Por otra parte, sé perfectamente cuando voy a querer para toda la vida a una mujer. Claro, debería ser sólo una mujer nada más, pero he querido y quiero a varias mujeres con las que nunca podré estar. Me ha pasado varias veces. Normalmente tengo que conocerla poco a poco, pero en dos o tres ocasiones algo parecido a un flechazo sucede en mi interior y sé qué significa: que aunque hable de odio, aunque ella no me corresponda, pase lo que pase, diga lo que diga, nunca jamás dejaré de querer a esa mujer por lejos que se vaya. El por qué es complicado de explicar, pero sé traducir lo que me dice el corazón. Si cualquiera de esas tres mujeres en algún momento volvieran a mi vida y me buscasen, no les costaría nada que yo accediera a estar con ellas porque albergo un sentimiento que nunca se ha ido, y nunca se irá. Es algo muy bonito porque quiero a esas mujeres y porque las quiero, sé que lo mejor para ellas es que estén con las personas con quienes están o, llegados al caso, que yo esté lejos. Creo que el respeto por los sentimientos y por la vida es la mejor forma de amar. Sin egoísmos. Supongo que quizá eso me convierte un poco pusilánime pero…¿qué le voy a hacer?

Como “anécdota” tengo que decir que sí…ya soy licenciado y desde esta misma tarde lo he comenzado a celebrar. Además no sólo ha llovido y ha hecho fresco, sino que la bruma ha sido tan espesa que era como si estuviera en el mismo cielo…del que aún no he bajado, pero esa….esa es otra historia. 

Los sueños a veces se cumplen

Sueños…sueños… Cuando traspasan la frontera de la realidad nunca son lo que pensamos. Hacía tanto tiempo que no escribía... Como siempre me ocurre, los comienzos son un poco difíciles. Estas semanas han sido… ¿Cómo definirlas? Creo que me he conocido mejor ante muchas adversidades. Es cierto que en desenvolvimiento de mi deber podría haberlo ejecutado mejor, pero creo que tal y como se preveía todo, debo y tengo que estar más que satisfecho porque…bueno, porque supongo que mañana a esta hora ya seré licenciado en Geografía –a falta del título y la oficialidad de las actas, claro-. ¿Qué se siente? Pues no es como había imaginado. Imaginaba lágrimas, imaginaba personas, imaginaba…muchas cosas. Sin embargo lo que sí hubo fueron gritos, muchos gritos, saltos y volteretas cuando supe que la asignatura que he estado luchando durante más de doscientos días, cada día, la había superado. Poco duró mi felicidad puesto que horas más tarde debía ser el encargado de decirle a mi mejor amiga aquí que ella, por el contrario, había suspendido. Tener que escuchar a alguien sollozando, llorando y desesperado es… La verdad, se te quitan todas las ganas de todo, ¿para qué negarlo? Días más tarde me entero de cosas no muy buenas. Al parecer en mi entorno se pone todo de cara para afear este momento. Pero no pienso que realmente sea un momento feo. Creo que es bueno que esté así porque es de esta manera en que puedo ayudar a los que me necesitan. Me merezco varias copas de alcohol, merezco bailar, gritar, sonreír, incluso a carcajadas pero sobre todo, una vez pasado ese instante, lo que realmente necesito es paz. La paz necesaria para mirar en retrospectiva. En tres años y medio he sacado 27 asignaturas con muchos más exámenes que asignaturas y sin haber suspendido ni uno oficial. Recuerdo hace unos tres años cuando recomencé la carrera después de los últimos palos de mi vida. Veía que era absolutamente imposible lograr ser licenciado de la carrera que, desde los doce años me obnubila. Siempre creí que habría algo que lo impediría, por eso hice denodados esfuerzos, celebré cuando había que hacerlo, me mantuve en calma cuando tuve que hacerlo y sobre todo maduré. Lo hice y además descubrí caminos, descubrí cosas, casi todas intangibles. Como que yo solo también puedo. Que ese Everest era ‘apenas’ un Teide. Incluso hice promesas…que ahora tengo que cumplir: hacerme un tatuaje odiando y temiendo como temo a las agujas, una batalla de Paintball siendo pacifista y tirarme en paracaídas teniendo miedo a las alturas. ¿Qué haré? Las promesas están para cumplirlas y yo siempre cumplo lo que prometo, así que…



Ser Licenciado en Geografía…Aún no me lo creo hasta que vea un papel en que lo diga, hasta que no vea esa palabra asociada a mi nombre, hasta que reconduzca mi camino –si lo logro en la nueva etapa-. Lo que siento es una satisfacción indescriptible. Siento que aún no me lo creo. Por eso quiero y necesito pararme frente a las nubes, el sol y el mar. Mirarlos a los tres en esa playa a la que nunca he ido hasta dentro de unos días. Quiero mirar, estar, observar y recrearme sobre todo, de lo bueno, lo mejor. Aún nadie me lo ha dicho pero me lo digo a mi mismo: me siento muy orgulloso. Ya mi amigo ‘teach’ me lo dirá. Ya otros lo harán. Pero esto no acaba aquí. Nada más lejos. No me sentiré satisfecho hasta lograr que mis amigos ‘teach’, ‘armonicista’ y la ‘más violeta’ también cumplan sus objetivos, secar sus lágrimas, romper sus agotados rostros y poder disfrutar todos juntos de sus éxitos, que también son los míos. Mientras, yo seguiré trabajando en hacerme creer que en verdad sí, soy geógrafo. Que no, no significa sino que apenas soy un grano de arena. Que simplemente acabo de llegar porque esto ha sido sólo el inicio de algo tan hermoso... Una vida a la que yo sé bien cómo darle el valor que tiene.

No seré el mejor geógrafo, lo sé, pero me conformo con ser bueno en lo mío, me conformo con no conformarme con los conocimientos adquiridos, sino en adquirir muchos más. Quiero volver a repasar todos mis apuntes de carrera, refrescar conceptos, ser un geógrafo chapado a la antigua, como los de antes, que eran geógrafos especialistas en el todo, y no centrados en una cosa exclusiva.

La verdad, no lo sé. No sé ni qué pasará dentro de un mes o dos o tres. Lo que sé es que no quiero que esto acabe nunca –la sensación-, no quiero quedarme impertérrito mientras logro lo que es para mí lo más importante que me ha pasado en 30 años. Uno de los tres sueños más importantes de toda mi vida.

Y haciendo un recuento, no es mala vida llevando casi la mitad de ésta –en teoría-. Me he enamorado, he amado hasta la médula, he roto corazones y me lo han roto, me he peleado, sé lo que es trabajar duro y pasar por complejos avatares del destino, he hecho locuras sin sentido, he sido pobre y rico, he llegado casi a donde he querido con lo que he podido. He estado a punto de casarme en dos ocasiones y hasta he tenido algún susto con eso de los hijos –no tengo ninguno, pero los sustos no me los quita nadie-. He querido y he podido recorrer muchas vidas y la mía propia. He sido y he proyectado yo también lo bueno y lo malo. Hoy sé qué supone y qué significa eso. He engañado, he sido malo, pero también todo lo contrario. He infringido normas pero también he dado ejemplo. He sido fiel a las personas y en alguna ocasión infiel a mis principios. He tomado drogas y no he llevado lo que se dice hábitos muy saludables. He llorado de placer y de dolor, he gritado de felicidad y de frustración. He mirado con fondo lleno, pero también con mirada vana. Me he vaciado sobre todo en las sensaciones hasta el punto de convertirme en un yonki de los sentimientos. He disfrutado más que nadie mis éxitos, el aprendizaje y conocimiento que ese caprichoso destino ha querido darme. He enfermado de soledad, de amor… He sido muchas personas en una sola, pero siempre he vuelto a ser quien soy. ¿Y quién soy?

Hoy regreso al punto de partida.
Mañana será el primer día del resto de mi vida.