Esta fue una de las pocas canciones que descubrí en aquel programa de canciones viejas que presentaba Francis Lorenzo. Me encantaba aquel programa, era un vicio. Creo que la primera vez que escuché esta canción lloré. Pese a que tiene sus muchos años, la descubrí muy, muy tarde, con unos quince años aproximadamente así que alimentó más si cabe mi “mala fama” de chico de gustos retro. Si tengo que ser sincero, es una canción bellísima y tierna, pero no me acompañó en ninguna vivencia extraordinaria, vamos, no la recuerdo por nada en particular, sino por escucharla en casa pensando en su letra, en su significado, en esas noches en las que ponía en el VHS para escuchar esta y otras muchas canciones. Hoy esta canción me sirve para recordar precisamente esas noches en las que estaba esperando ansioso con qué canción me iban a sorprender para emocionarme una vez más.
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